Julián Domínguez tiene la singularidad de haber sido el ministro de Agricultura de Cristina Kirchner y, años después, de Alberto Fernández. Y ejerció durante cuatro años la presidencia de la Cámara de Diputados, un cargo que lo puso en el tercer lugar en la línea de sucesión. Desde esa experiencia, afirmó que a la crisis económica le quedan pocos pero muy duros meses por delante y pronostica que el próximo presidente “se va a quedar mucho tiempo, porque la Argentina va a tener una explosión en el desarrollo de los recursos naturales”.
Empezó el diálogo en la redacción de Infobae con una perspectiva que no suele escucharse en los políticos, menos aún en este tiempo donde se multiplica lo que falta y corre el vértigo de los tiempos de campaña. Describió los motivos por los cuales asegura que esta actualidad de desesperante falta de dólares, inflación desbocada y crispación social quedará en breve en el pasado.
Con cifras, pronósticos y previsiones, aventuró un 2024 con récord de exportaciones y un cambio en la matriz productiva, con mayor peso del sector petrolero y minero. Pero también habló del modelo de relaciones laborales que impulsa el sindicato de los mecánicos, el SMATA, que se basa en acuerdos de productividad entre la patronal y los trabajadores.
Domínguez, además, habló sobre la interna del PJ, y se refirió a la vicepresidenta. Si bien reconoció que no la ve como candidata, aseguró que su opinión va a ser decisiva para la arquitectura de la oferta electoral que presentará el oficialismo para las PASO y las generales del 22 de octubre. En ese marco, insistió con que Cristina Kirchner está proscripta y sufre una persecución, “como les pasó a Yrigoyen y Perón”.
Identificado con el papa Francisco, se refirió a los trascendidos de una posible visita el año que viene. “Nos haría muy bien al pueblo argentino que el Santo Padre venga”, afirmó.
La entrevista a Julián Domínguez
0 seconds of 38 minutes, 51 secondsVolume 0%La entrevista a Julián Domínguez en los estudios de Infobae con Facundo Chaves.
– ¿Qué opinión tiene sobre el momento que atraviesa la Argentina? Padecemos problemas con el dólar, inflación y demás.
Veo una Argentina absolutamente distinta en los próximos meses a la Argentina actual. Creo que los próximos cuatro o cinco años van a ser extraordinarios para el país. Fundamento mi argumento en que primero vamos a tener una cosecha récord. Todos los cálculos hablan de un efecto Niño o Niño atemperado en las lluvias (NdR: el fenómeno del Niño suele estar asociado a precipitaciones abundantes en América del Sur). La tierra quedó fertilizada porque, por la sequía, las plantas no alcanzaron a consumirse.
Ya hay proyecciones en USDA (el Departamento de Agricultura de EE.UU.) y en los organismos internacionales de una cosecha que superaría los 140 millones de toneladas -yo creo puede incluso superar las 150 millones- y se estima un ingreso de divisas para el próximo año superior a los 62 mil millones de dólares. Hay estimaciones en Argentina que fueron publicadas en los diarios que hablan de 61 mil millones de dólares.
Todo lo que falta ahora va a quedar en el olvido: Argentina va a tener las divisas que el sector agropecuario aporte, y con creces lo va a aportar. No se olvide que este año se proyectaba un ingreso de 48.000 millones de dólares y faltaron 22 mil millones de dólares en esta campaña. Ese faltante explica la crisis que hoy tenemos y la falta de divisas. Esto con las consecuencias que tiene en una Argentina bimonetaria.
– Déjeme hacer un punto ahí. ¿Este desastre que estamos viviendo, estas penurias por la sequía, usted dice que el año que viene no va a existir?
Claro, y hay otros elementos que puedo comentar. Trabajo como abogado en SMATA, el sindicato de mecánicos, y allí hicimos un plan estratégico de la industria automotriz. La industria automotriz, este año, va a estar exportando entre 550 y 600 mil unidades y va a ser nuevamente una exportación récord.
Fíjese lo que pasa con el litio: tanto Canadá, Estados Unidos y Rusia tienen proyectadas inversiones que no me animo a cuantificarlas. El desafío ahora es industrializar el litio. Pero éstas no son cosas de futuro, son cosas del presente. Además, se inicia la exploración off shore en las playas argentinas. Se estima que la reserva que hay es equivalente a la reserva de Vaca Muerta.
A eso hay que sumarle Vaca Muerta y el gasoducto, que va a representar un ingreso que va a hacer desaparecer el déficit de 5 mil millones de dólares que representó el aumento del gas en la Argentina. También hay que sumar lo que está pasando en los sectores tecnológicos de la Argentina. El próximo año va a estar exportando el país por sobre los USD 100.000 millones y creo que el tema de la falta de dólares va a ser un tema que quede definitivamente en el olvido.
Hay una anécdota muy importante que nos pasó cuando fuimos por el tema del agua a Israel. Nos dijeron “el próximo presidente se va a quedar mucho tiempo, porque la Argentina va a tener una explosión en el desarrollo de los recursos naturales”.
La guerra que se produjo en Europa, entre Rusia y Ucrania, fue la guerra de las proteínas. Naturalmente aumentó el precio del gas. El precio de gas en Europa, para tener dimensión de qué estamos hablando, el subsidio del gas en Italia fue de 45 mil millones de dólares, el total del endeudamiento que dejó la administración del presidente Macri en la Argentina. Todo ese escenario desaparece, no solamente porque se va a producir gas, sino porque se va a exportar y van a ingresar divisas.
Julián Domínguez presentó una mirada sobre la actualidad y el futuro inusual para la política argentina.
– Frente a todo este escenario optimista, entre comillas…
Son datos, no son hipótesis. Está pasando en este momento. Lo que sucedió en la Argentina -y lo digo por haber sido ministro de Agricultura en dos oportunidades- desde el mes de noviembre vaticinábamos todas las proyecciones climáticas y la consecuencia de la falta de divisas. Esto podía ser absolutamente previsible porque a la Argentina no le iban a ingresar 22.000 millones de dólares. Sencillamente por eso.
– ¿Hay conciencia de todo esto en la clase política?
Además, hay un estudio con las universidades, hecho y avalado por ocho universidades. Los datos que estoy comentando son datos avalados y perfectamente demostrables. A veces somos muy porteños, demasiado porteños, y miramos la Argentina de la Capital Federal.
Soy de Chacabuco y uno ve lo que está pasando en el sector agropecuario, en materia de biotecnología, que va a cambiar definitivamente la producción y la respuesta si hacemos las cosas bien en materia de biotecnología. Uno ve lo que pasa en las provincias que tienen litio, que es la cuarta reserva del mundo, la segunda en calidad. Si uno ve lo que está pasando en el norte argentino, las inversiones que se están realizando en la industria del conocimiento. Esto va a quedar en el recuerdo
– ¿Y por qué no son conscientes del todo en la dirigente política?
Cristina particularmente las veces que habla se refiere a estas cosas. Lo que pasa es que interesan poco e interesan más las cosas de todos los días. Creo que la velocidad de lo cotidiano nos quita capacidad de perspectiva. La velocidad de lo cotidiano nos quita capacidad de análisis en secuencia histórica, pero Argentina va a vivir un ciclo donde estos meses van a quedar en la memoria.
– ¿Los inversores extranjeros, los organismos internacionales, el mismo Brasil que fue ahora el Gobierno a pedir plata lo ven?
Lo ve todo el mundo. Lo que está en discusión es quién maneja el proceso de industrialización, porque Argentina está produciendo lo que el mundo necesita. El mundo necesita alimentos, que es lo que Argentina tiene. Pretende el mundo que Argentina le exporte la producción primaria, porque el negocio está en la industrialización y en la generación de valor agregado y esto es lo que la dirigencia tiene que asumir. La dirigencia política, la dirigencia económica, la dirigencia intelectual, las universidades, los organismos técnicos-científicos.
– Los sindicatos también.
También los sindicatos. El principal desafío es industrializar. Y sobre eso, creo que los sindicatos tienen plena conciencia. Me parece que el principal desafío es cómo se industrializa y se genera valor agregado, cómo le vendemos alimentos, no para los animales, sino alimento para las personas. Argentina tiene el INTA, tiene el CONICET, hay proyectos proyectos de biotecnología.
Cómo industrializamos el litio, cómo generamos cadena de valor. Si no llegamos a la batería en la primera etapa, cómo hacemos todo lo previo, cómo desarrollamos maquinaria para la industria minera. Es necesario abrir la perspectiva. Hay una cosa muy interesante que dice Francisco: hay que tener una mirada universal aplicada a lo local. Uno puede entender a la Argentina si entiende la posición que la Argentina ocupa en la demanda que el mundo tiene.
Creo que tenemos una oportunidad definitivamente que es histórica. Se dan dos cosas que no teníamos hace un tiempo: primero industria del conocimiento, que uno de los principales desafío de la Ley de Software sería repensar cómo dejamos de formar conocimiento y empezamos a vender horas de trabajo al exterior para que eso se pueda aplicar en la industrialización y en la incorporación tecnológica en la Argentina.
Cuento una anécdota que me pasó siendo ministro que habla de cómo operan los prejuicios conservadores que todos tenemos, porque ser conservador no es un problema de la derecha o de la izquierda, ser conservadores es un temor al futuro y el futuro es vertiginoso. En el 2010 se inició un proceso que se llamó el estudio del HB4, el trigo resistente a la sequía. Aprobado el HB4 hubo una resistencia de los acopiadores argentinos, porque decían que eso iba a tirar abajo el precio del trigo argentino.
Cuando asumo el Ministerio, la decisión que tomo es aprobar ese evento tecnológico porque la soberanía tecnológica y que después el sector privado corra el riesgo y que compita en el mundo. Conclusión: lo aprobó Argentina, lo aprobó Brasil, lo aprobó Estados Unidos, lo aprobaron los países consumidores de trigo.
Tardamos 10 años por estar atados a una posición en la que el futuro nos daba miedo. Hay que atreverse a interpretar las señales del futuro y a dar la respuesta. Con aciertos y errores. En Israel nos decían que de las empresas tecnológicas, de siete intentos queda uno. Pero en cada intento hay esfuerzo y eso es lo que hay que recuperar, hay que volver a pensar la industrialización del litio, del sector agropecuario, de la producción y no tenerle miedo al desafío que nos presenta el futuro.
– ¿Ahora la política está a la altura de un desafío de esa envergadura?
Provengo de la política y creo que a veces los cuadros políticos cometen el error de ser comentaristas de las noticias con la velocidad que las noticias tienen. Vivimos en un mundo hipercomunicado y a veces eso nos quita capacidad de reflexión. A nosotros nos toca la tarea de la visión profética, tenemos que plantear un escenario de perspectiva, donde digamos, “vemos este mundo”. Argentina tiene que ubicarse en la dirección correcta para aprovechar esta oportunidad que el mundo nos está ofreciendo. La invasión de Rusia a Ucrania representa una extraordinaria oportunidad para configurar las capacidades que el país tiene y lo que Argentina puede darle al mundo.
– Es muy interesante la visión sobre el futuro, pero la sociedad anda con otras urgencias en el presente.
Es que la urgencia que tiene nuestro país va en entender bien estas coordenadas, porque son ahora, no es un tema del futuro. Argentina, con una economía bimonetaria que compromete la producción y el financiamiento si no exporta y no tiene ingreso de divisas y no genera valor agregado para exportar mejor calidad, para exportar más trabajo. Esto está para hacerse.
Están las universidades, está el INTA, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, está el INTI, Argentina tiene un dispositivo científico. Lo importante es que quienes nos conduzcan miren a la Argentina desde esta perspectiva, y el acuerdo social, productivo, industrial, tecnológico, tiene que tener como eje central, cómo aprovechamos la oportunidad de generar valor agregado y de industrializar este momento de la Argentina.
– Decía que los gremios están a la altura. ¿Seguro? Por momentos se ve otra cosa.
Estuvimos trabajando con ocho universidades y 32 gremios industriales, que fue la presentación de la propuesta de Mar del Plata, donde los gremios industriales convocaron a un acuerdo al sector privado, que fue encabezado por Ricardo Pignanelli, del SMATA. Se diseñó un plan estratégico que me tocó a mí técnicamente conducirlo. La industria automotriz por esos acuerdos hoy está en los niveles de producción más competitivos que se tenga memoria.
En Mar del Plata, los gremios industriales se reunieron para promover un modelo sindical de acuerdos entre la patronal y los sindicatos.
Los acuerdos funcionan en la Argentina, lo que necesitamos es cabeza de dirigentes que faciliten que esos acuerdos se hagan operativos. Creo que nadie conoce la realidad económica y productiva como los propios sindicatos, porque el futuro del trabajo está vinculado al éxito del capital y al éxito de las inversiones. Los dirigentes sindicales con conciencia y sentido de protección a los trabajadores saben que en este cambio del mundo del trabajo a quien invierte le tiene que ir bien.
Por eso hay una propuesta que está centrada en proponer un acuerdo a los empresarios, a la UIA, IDEA, CGERA, a todos los empresarios de la Argentina y a todas las cámaras y después proponerle al Gobierno lo que debe ser el eje de políticas centrales en materia de industrialización del país.
– Insisto con la pregunta. El acto que se vio el 1° de Mayo, la CGT no dijo nada de todos estos temas. No hubo una sola palabra de todo lo que estamos hablando. De hecho sólo hablaron de bajar a seis horas la jornada laboral.
Los gremios que eligieron Mar del Plata decidieron ir allí por tres motivos: una para apoyar la exploración off shore que empieza ahí, por lo que representa y la dimensión de la riqueza; segundo por el desarrollo que está teniendo la industria naval en la Argentina. El secretario general del sindicato de obreros navales, Juan Speroni, habló del impacto que está teniendo en este momento sobre la industria naval las políticas pesqueras del Gobierno. Y tercero, pretendió ser un llamado al sector privado, de la mano de las universidades, para que, antes de las elecciones generales, los electos candidatos después de las PASO puedan firmar un acuerdo social que garantice el trabajo, el empleo y la industrialización.
– Los empresarios plantean que se necesita una modernización de las relaciones laborales. Plantean que el actual régimen impide la creación de puestos de trabajo.
El documento de Mar del Plata habla de proponer un acuerdo donde empresarios, sindicatos, movimientos sociales y gobierno puedan definir cómo se pasa a la formalidad los trabajadores que hoy son informales. No creo que sea un problema de costo laboral. En las empresas, el costo laboral actual no tiene incidencia, de hecho el salario en la Argentina, con respecto al 2015, cayó muchísimo. Es más, cuando usted ve cómo evoluciona la distribución del ingreso en la Argentina, del 50% del 2015, hoy estamos en 43% a 44% de los asalariados.
– Ese argumento está confirmando que el actual régimen desalienta la creación de puestos de trabajo en blanco y que esos puestos de trabajo pagan menos de lo que pagaban antes.
Vamos por parte. En los últimos cuatro años se crearon 177 mil puestos formales de trabajo y, de hecho, el empleo sigue creciendo en la Argentina, pero el problema es el nivel de informalidad que la economía tiene.
– Con sueldos cada vez más bajos.
Tiene razón en esto y tiene que ver con los problemas de la inflación y los problemas derivados de la falta de dólares que tiene la Argentina. Cada vez que hubo una sequía -y muchos me acusan de que soy un obsesivo con el tema agropecuario- hubo crisis financiera. La crisis del 2018 terminó con el mayor endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional.
Julián Domínguez tomó distancia de los proyectos de reforma laboral. “Hay que darles previsibilidad a los empresarios y a los trabajadores”, dijo.
– El 2009 también fue un problemón.
El 2009 también. Debemos tener conciencia de que somos una economía bimonetaria y necesitamos los dólares. Y los dólares que ingresan a la Nación hay que cuidarlos para la producción, el trabajo y la industria. Con esto no se puede jorobar. En el período 2015-2019 se fueron al exterior 88.000 millones de dólares. Eso en la Argentina se paga: o se resuelve con más exportación y mayor generación de valor agregado que califique las ventas al exterior, o enfrentamos las crisis recurrentes que tenemos.
En estos momentos hay que dar certezas y no incertidumbre, hay que consolidar derechos. La misma previsibilidad que el sector privado reclama -el sector privado dice “queremos previsibilidad”- es necesario construir previsibilidad para el que da trabajo y para sus trabajadores y también para la formación.
También se necesita tener una estrategia de desarrollo, porque no se sale de una dificultad lastimando a la parte más débil, se sale fortaleciendo las capacidades de empleo, de industrialización. En la Argentina nos tenemos que acostumbrar o exigir a quienes nos conduzcan que se sienten y que establezcan la base de un acuerdo en serio, que sea revisable.
– En Argentina cuando hay acuerdos, se termina discutiendo acuerdos de precios y salarios que duran tres semanas.
Te voy a contar una anécdota, lo que me pasó cuando fui ministro de Agricultura. Hicimos el Plan Estratégico 2020, que involucró a sectores que era imposible que se juntaran, léase la Mesa de Enlace, con Hugo Biolcatti, Carlos Garetto, Mario Llambías y Eduardo Buzzi, que se sentaron en una mesa en el 2008. Con ellos Cristina presentó un plan en el cual habían trabajado todos y fue un sendero hasta el 2020. Lamentablemente después se discontinuaron. Pero demuestra que lo que se necesita es reconstruir las capacidades estatales.
– Ocurrió después del conflicto con el campo que llevó a ese gobierno al borde del abismo.
Pero fue posible, está claro lo que usted dice, pero ¿qué déficit tuvieron para mí los presidentes de aquel momento hasta la fecha? Que no entendieron que la misión central no es gobernar para un partido, es gobernar para el interés general de la nación y para el conjunto de los argentinos. Eso se conduce con política, con método, con evaluación de resultados.
Cristina Kirchner reapareció en el Teatro Argentino de La Plata.
– Pasamos a la coyuntura. Pasó ya más de una semana. ¿Qué dijo Cristina Kirchner en el Teatro Argentino de La Plata? Lo pregunto porque cada uno, sobre todo en el peronismo, entendió algo diferente.
Para mí, como peronista, lo más importante es que reafirmó la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, es decir, volver a los valores del peronismo. Cristina tiene una visión global que pocos dirigentes en la Argentina tienen, muy pocos. Tiene una visión de cómo operan los intereses globales y lo que la Argentina planteó es cómo Argentina hace una inserción inteligente en el mundo y de los desafíos que enfrenta la política. Fue una charla sobre discusión y formación política.
Cristina recordó una frase del general Perón, pero que que viene en realidad de Napoleón, cuando su hermano se va a quejar porque estaban perdiendo en España y el poder monárquico se estaba reponiendo, le dijo “tenés en tu mochila el bastón de mariscal, usalo”. Perón dijo que cada peronista tiene sobre sus espaldas el bastón de mariscal y Cristina planteó: “Les dije esto, pero no para que se peguen entre ustedes, sino para que salgan a construir mayorías, para que salgan a construir un proyecto que se amplíe”. El llamado es ese, a ampliar.
Hizo una explicación muy clara de la sensatez y del poco realismo que tienen algunas propuestas en este momento en la Argentina. Los argentinos debemos tener -y esto es una opinión personal- un poco de mayor amor por la Patria, por nuestras cosas. Muchos dirigentes políticos que están encerrados en los microclimas deberían salir a ver lo que pasa más allá de la General Paz,. Las capacidades productivas, el desarrollo del país, la ilusión, los proyectos y creo que Cristina convocó a eso, convocó a tener una visión y a construir mayoría. Y a ganar las elecciones con fundamentos. No se pueden ganar las elecciones discutiendo a personas, se van a ganar las elecciones discutiendo y proyectando el futuro y hacia dónde se quiere conducir la Argentina.
– ¿Cómo mira la actualidad del gobierno?
A Alberto Fernández le tocaron las siete plagas. Le tocó esta sequía, le tocó el aumento del combustible, le tocó lo que representó la pandemia, más de 20.000 millones de dólares que se dejaron de producir, el costo del flete y del transporte. Lo veo haciendo todo el esfuerzo para que las capacidades productivas de la Argentina estén en condiciones de despegar rápidamente cuando la generación de divisas lo permitan.
Lo veo tratando de resolver esta crisis de falta de divisas. Hoy la principal preocupación es la necesidad de divisas y cómo se recompone el poder adquisitivo del trabajo y cómo se resuelve el tema de inflación. Haciendo todos los esfuerzos posibles, con un escarbadientes porque los dólares no están.
– ¿Cómo impactan las diferencias entre Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández?
Las cartas están echadas. Las cartas el presidente ha planteado que no va a ser candidato, el Congreso del partido dentro de dos semanas tendrá que tomar la resolución de cuál es el camino que propone para resolver las candidaturas. Perón lo decía muy gráficamente, en la Argentina: están los que trabajan y los que viven de los que trabajan. Me parece que el desafío es cómo se defiende a los que trabajan para generar las condiciones para que el país crezca. El desafío del peronismo está en dirigentes que entiendan los cambios que tenemos por delante.
Domínguez, cuando juró como ministro de Agricultura de Alberto Fernández.
– ¿Este es el gobierno de Cristina o no es el gobierno de Cristina?
Cristina ha sido la que construyó este escenario político, esta arquitectura de la Argentina. El Gobierno es del pueblo que lo eligió y no hay que perder de vista nunca eso. Está claro que por peso propio por visión, por liderazgo, por adhesión popular Cristina tiene una incidencia fuertísima en la vida del peronismo, su gobierno y también en la sociedad.
Lo que Cristina hace o deja de hacer es motivo de análisis y de reflexión. La gente tiene la certeza de que Cristina fue quien mejor defendió sus intereses.
Nunca creció el PBI tanto como creció con Cristina. En el 2015, el PBI era de 550 mil millones de dólares, el ingreso aumentó, las ganancias del sector agropecuario también. Hay un dato que es muy significativo: entre el 2003 y el 2015 Argentina duplicó la producción agropecuaria y el desarrollo de la frontera agrícola. Se produjo en 12 años lo que había tardado Argentina en producir en toda su historia y hubo rentabilidades y negocios como no había existido antes. De hecho, la Ley del Conocimiento es una ley de la gestión de Cristina.
– ¿Y por qué se llevaron a las patadas con todos los empresarios, con el campo?
Cristina tiene una vehemencia muy particular, pero la vehemencia no significa rechazo a nadie, si nunca se ganó tanta plata en la Argentina, los empresarios nunca ganaron tanta plata. Hay que romper un mito, un paradigma, donde se lo ubica al peronismo en el lugar donde el peronismo no estuvo. El peronismo quiere el desarrollo del capitalismo nacional, quiere, necesita y comprende que el destino de Argentina está vinculado a que el país productivamente crezca y esto hay que transmitirlo. Quizás a veces nos faltó a nosotros la capacidad de transmitir otro clima de época y a veces entramos en discusiones que nos proponían otros, no que fortalecían la gestión y los objetivos que teníamos.
– ¿Cristina tiene que ser candidata?
Ya lo ha dicho ella, me parece. Le sobran condiciones, atributos y adhesión popular. Es una decisión de ella. Yo las veces que la he visto y en La Plata lo dijo: “no, no, no”. Su comportamiento no parece ir en la dirección (de ser candidata).
Domínguez habló sobre Cristina Kirchner. Dijo que sufre una persecución como Yrigoyen y Perón.
– ¿Está de acuerdo con que haya PASO?
Déjeme decir esto… Cristina es la dirigente más importante que tiene peronismo. Y esta es mi opinión, pero no es la opinión de los medios, es la opinión de lo que recojo en Chacabuco. La gente confía mucho en la opinión y la ascendencia que Cristina tiene. Me parece que su opinión va a ser determinante.
Y sobre las PASO. Las PASO son ley, hay que ver qué pasa en el Congreso del partido y hay que ver quiénes tienen vocación de interpretar los cambios que la Argentina está viviendo.
– Doy un paso atrás a partir de la respuesta ¿O sea que lo que va a hacer gravitante va a ser el dedo de Cristina, quien diga Cristina que debe ser el candidato?
No es el dedo de Cristina. ¿Hay alguna duda de que Cristina es la dirigente más importante de nuestro espacio y del peronismo? Su opinión es determinante. Hay otras opiniones, por supuesto que enriquecen, pero la mayoría de los dirigentes se siente representada en su opinión. ¿Por qué privarse de ese activo que tiene el peronismo? Ese es un enorme activo que tiene el peronismo y Argentina tiene otra linda oportunidad: la síntesis.
Del pasado hay que aprovechar la experiencia positiva, porque nos pertenece, incluso para no repetir los errores. Hay que poner en valor las cosas positivas que nos sucedieron y las cosas que no fueron tales, corregirlas. Tiene que haber una capacidad de síntesis y una visión positiva de lo que vivimos, porque en definitiva el pasado nos pertenece a todos. A veces, cuando uno escucha hablar a dirigentes políticos pareciera que el pasado fue de los marcianos. Vivimos todos en esta tierra, somos todos protagonistas y ojalá que la dirigencia que protagonice la etapa tenga capacidad de síntesis y valoración positiva de lo que pasó.
– ¿Cristina está proscripta?
Sí, sin dudas. Han hecho todo para impedirle a Cristina y para sacarla del camino. Y tan grosero, que han intentado matarla y no se investiga quiénes han intentado asesinarla. La verdad que es una persecución nunca antes vista. Bueno, a Yrigoyen le pasó lo mismo y terminó preso, terminó recluido en la miseria absoluta. A Perón le pasó lo mismo, con 18 años de proscripción, no se podía mencionar siquiera al peronismo. Ojalá que terminó esto.
– ¿La pone a Cristina Kirchner a la misma altura que Perón e Yrigoyen?
Todos los dirigentes que transformaron la Argentina sufrieron la persecución, sin ningún tipo de piedad. Investiguen las causas, investiguen las críticas y se van a dar cuenta que son las mismas acusaciones, es el mismo espíritu no democrático de sacarte de juegos. Y lo que estamos pidiendo es reglas para poder competir. Confío absolutamente en la persona de Cristina. Confío en la decencia de Cristina. Hicieron una politización de los actos de Gobierno que nunca antes se había visto en la jurisprudencia.
– Muy cortitas. ¿Qué representa Javier Milei?
Javier Milei no tiene sentido de la realidad. Es una extraña expresión, donde aparece como un revolucionario sin sentido de la realidad. Propone lo que en ningún lugar del mundo ha pasado. Estados Unidos es el país que mayor desarrollo tecnológico ha producido con el compromiso del Estado y con el compromiso de las Fuerzas Armadas. Milei propone desarmar lo que los argentinos necesitamos, que es fortalecer la estatalidad en un mundo globalizado.
– ¿Juntos por el Cambio?
Una visión muy financiera de la Argentina, cuya política le costó mucho al pueblo argentino. Fueron poco creativos. Fue el consejo de los financistas de la City los que determinaron el gobierno. Me parece que les faltó reconocerse parte de un país que tiene una realidad compleja y terminaron tomando decisiones que a la Argentina la hizo retroceder, como fue endeudarse en una moneda que Argentina no genera.
– El papa Francisco. ¿Cree que va a venir el año que viene?
Ojalá. Nos haría muy bien al pueblo argentino que el Santo Padre venga. Nos haría muy bien. Dio extraordinaria enseñanza al mundo. Esos cuatro principios maravillosos: la unidad es superior al conflicto, el todo es superior a las partes, el tiempo es superior al espacio, y la realidad es superior a la idea, debería ser la base espiritual de un acuerdo en la República Argentina para coordinar y orientar todo el esfuerzo de los argentinos. Nos salvamos en racimo, nos condenamos por egoístas.
Otros tiempos. Domínguez y Cristina Kirchner junto al papa Francisco.
En la Argentina quedó incluso el espíritu del abrazo Perón-Balbín. Me parece que hay que recrearlo y necesitamos dirigentes que crean que la tarea de conducir es al conjunto. No se enojen con quien piensa diferente, que pensar diferente sea un desafío.
– No la veo a Cristina Kirchner abrazada de Mauricio Macri o a Patricia Bullrich o a Horacio Rodríguez Larreta. No veo ese espíritu en Cristina.
Tengo la sensación de que te equivocas, tengo la percepción que te equivocas. Cristina es mucho más pragmática y mucho más abierta de lo que decís y, además, defiende con convicción lo que cree. Y además es una persona formada, una persona que estudia los temas. A veces el problema que hay es que es una persona que conoce que cada concepto general lo acompaña con información y con rigurosidad de quien estudia. Cristina es una persona de muchísima formación y rigurosidad, formación permanente para el análisis de la realidad, que le permite interpretar el futuro.
De hecho es la única persona que habla del futuro de los recursos estratégicos de lo que sucede en el mundo, de lo que está pasando en el negocio global. El desafío del dirigente que sea presidente o que aspire a conducir la Argentina es poder interpretar para dónde van los negocios del mundo y ahí poner en la dirección correcta los intereses del país. Quien acierte en esto le va a brindar a la Argentina una extraordinaria posibilidad.
Nosotros somos muy australes, muy sureños como argentinos: tenemos que levantar la perspectiva, ver lo que está pasando, ver a quien le va bien, por qué le va bien y tratar de aplicar a la Argentina las cosas que para el mundo son exitosas.
Fuente: Infobae
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