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Caiga quien caiga…

El desencanto con la política es un clásico en nuestra sociedad. No nos dejan posibilidad alguna de creer en ellos nuestros dirigentes. A la mañana del martes cuando el país aguardaba expectante como se iban a portar los mercados y la moneda de los EEUU, con el presidente y el equipo económico en Nueva York, el presidente del Banco Central renunció sorpresivamente,  las versiones son varias y a decir verdad, en lo personal me importan un comino, pero me ocurrió algo que es digno de ser contado. A las 8:30 de la mañana del martes, una persona allegada me llama [Leer más]