
Aquel día, sin saberlo, comenzaba mi historia personal con la comunicación y lo celebro con mucho cariño por esta profesión que me sostuvo y me regaló todo lo que tengo en la vida.
Aqui les entrego un adelanto de lo que algún día será un libro de mis andanzas por este plano:
PARTICIPANDO 5 de mayo de 1985
El entonces concejal y ex gerente de la radio AM de nuestra ciudad, David Hirtz me convoca para instarme a realizar un programa en Radio Carhué. David, que había sido el primer gerente de la emisora y tenía amistad con su propietario y director Mario Fernández, logró convencerlo que me diera un espacio radial.

Mario me colocó los domingos en el horario de 14 a 16 en el estudio chico, que se trabajaba de pie y seguramente con muy pocas ganas de su parte, de darme aquella oportunidad.
Comencé a trabajar ayudado intelectual y profesionalmente por la profesora Nélida Rodríguez y Emilio Lapitzondo quienes me ayudaron y me empujaron a pensar y definir el estilo de programa.
Juntos le pusimos de nombre “Participando”.
Nélida eligió la cortina musical que era una canción en idioma alemán, cuya única palabra en castellano era “Libertad”. Porque en esos años el desafío más grande era recuperar la libertad para siempre en Argentina. Emilio acompañaba en el armado, las ideas y la tarea periodística, fueron ambos dos puntales para este Doni como siempre, bastante despelotado.
La locutora Silvia Barruecos comenzó a acompañarme un tiempo más adelante y se mantuvo a mi lado durante los casi siete años que duró el ciclo. Amiga y compinche de cada domingo, la flaca fue uno de los más grandes apoyos en aquellos años iniciales.
La cuestión es que los domingos a las dos de la tarde no me escuchaba casi nadie. Mi manejo de los temas políticos era bastante rudimentario, pero me gustaba muchísimo la radio.
Así que insistí sin decaer.

El primer auspiciante que confío en mi propuesta, yo creo que por generosidad, fue el señor Héctor Milla. El segundo Jorge Recalde Con esas publicidades y alguna más, circunstancial, me fui haciendo en este camino desde el domingo 5 de mayo de 1985.
Hubo un hecho singular que recuerdo con mucho cariño de aquellos primeros meses. Ya se estaba tornando preocupante la situación hídrica en Lago Epecuén. Desde los años setenta se venía levantando y engrosando peligrosamente el terraplén en forma de herradura que las autoridades de la provincia habían dispuesto como un paliativo y se convertiría en definitivo.

Fue así que hoteleros y vecinos en aquel 1985 realizaron varias reuniones en las que se discutía acaloradamente sobre qué hacer. Algunos proponían sacar las cosas y esperar al verano, otros se oponían decididamente a cualquier cambio, recuerden que el turismo social estaba creciendo y muchos habían puesto grandes inversiones para mejorar su oferta.
El tema escaló lentamente y un grupo de docentes, creo que en ese entonces sería Ctera, distribuyeron panfletos de papel en los que alertaban a la población del peligro que se cernía y pedían soluciones al gobierno municipal y provincial.
Fue así que, en el editorial de aquel domingo, no recuerdo la fecha exacta, me largué a opinar duramente contra aquellas docentes planteando yo mi opinión de que nada tenían que ver en dicho asunto.
Y aunque no me crean, aquel editorial fue el puntapié inicial de mi carrera radial. La profesora Elsa Carranza, llamó por teléfono y yo la saqué al aire inmediatamente.
Les aseguro que nunca antes alguien me dió una lección tan grande. Su intervención pasó por todo lo que la Democracia y los derechos nos ponían por delante y de la importancia de la participación sin ningún tipo de censuras.
En pocas palabras me reto intensamente, pero con gran altura. . lo que me dejó una gran ens
Me sentí el más miserable del mundo, y durante toda la semana siguiente decidí dejar para siempre la radio o el periodismo.
No recuerdo quien me convenció de regresar el siguiente domingo, seguramente habrá sido mi hermano Pedro que siempre estaba a mi lado para el reto o el consejo adecuado, pero sin lugar a dudas Elsa Carranza me ubicó con sus palabras y por tal le estoy siempre agradecido.
Es más, el comentario se corrió por el pueblo y a los pocos domingos Mario Fernández, feliz por la audiencia que estaba teniendo, me pasó a los domingos a las 10 de la mañana y me instaló en el estudio mayor con todo lo que necesitara para hacer aquel programa.

Domingo a domingo íbamos creciendo en audiencia y los temas políticos sumaban a las problemáticas sociales y culturales. Participando se convirtió para muchos vecinos en una costumbre dominguera.
Recuerdo algunos de los primeros entrevistados: Abel Arias quien no estaba aún en política, luego sería concejal e intendente. Pero a aquel primer programa vino a hablar de la historia de su padre Manuel Arias que había sido intendente y diputado del peronismo y a quien yo quería muchísimo también.

También a don Patricio Flaherty que era concejal por el Justicialismo. Un hombre entrañable y muy buena persona, siempre sonriente y divertido. Estoy seguro que ambos vinieron a aquel primer programa por amistad, de alguna manera ellos también me estaban dando una oportunidad.
Doni San Roman
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