La economía cerró el primer trimestre con un avance en la actividad a pesar de las dificultades macro como la aceleración inflacionaria y la escasez de dólares que complicó el abastecimiento de insumos importados. Las señales hacia adelante que arrojan distintos sectores son, por el momento, dispares, al observar dos rubros decisivos como la industria manufacturera y el consumo.
Según reflejó este jueves el Indec, el PBI creció un 0,7% en el primer trimestre del año en términos desestacionalizados, mientras que en comparación con el mismo período del 2022, el Producto tuvo una expansión de 1,3 por ciento.
En la demanda global se observó un descenso de 0,6% en la formación bruta de capital fijo y una caída de 6% en las exportaciones de bienes y servicios reales. En tanto, el consumo privado creció 6% en términos interanuales y el público ascendió 1,6 por ciento.
Además, en términos desestacionalizados, respecto del cuarto trimestre de 2022, las importaciones crecieron 7,6%, el consumo privado registró un incremento de 2,1%, el público aumentó 2,7% y las exportaciones descendieron 13,5%; mientras que la formación bruta de capital fijo tuvo un aumento de 2,1 por ciento. Y en la interanual del primer trimestre, la formación bruta de capital fijo (inversión) experimentó un descenso de 0,6% respecto al mismo período del año anterior.
El panorama tras ese primer dato del PBI es dispar. Datos preliminares de industria y construcción de abril según el Indec reflejaron, respectivamente, una mejora de 1,7% en abril, y una reducción de 4% en comparación con el mismo mes de 2022. El último día de junio se conocerá el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del cuarto mes del año.
Fuente: Fundación FIEL
Las estimaciones privadas también registran distintos fenómenos. Por un lado, la Fundación FIEL registró a través de su Índice de Producción Industrial (IPI) que la actividad fabril tuvo una caída interanual de 3,4% en mayo.
“Durante el último año, el desempeño de los sectores fue diverso, con resultados que en algún caso vienen determinados por los efectos asociados a las fuertes restricciones en las importaciones vigentes en la actualidad. No obstante, el nivel de actividad por el periodo enero-mayo alcanzó los valores del mismo periodo de 2022. De esta manera, se observa que el ritmo de caída que muestra el promedio de la industria es bajo, tal como ocurrió en las recesiones más prolongadas del pasado”, consideró FIEL.
“Respecto de los sectores que tuvieron un retroceso de la producción en la comparación interanual, al interior de la rama de alimentos y bebidas, se observó un mal desempeño en la producción de aceites y algunas bebidas. Por el contrario, la faena vacuna volvió a mostrar un importante aumento en la comparación interanual, acumulando trece meses de mejora”, recopiló ese centro de estudios.
En otro plano, aseguró FIEL que “en cuanto al avance de los sectores en el acumulado para los primeros cinco meses del año y en la comparación con el mismo periodo de 2022, el ranking de crecimiento continúa siendo liderado por la producción de la rama automotriz que acumula una mejora de 24%, seguida de la de minerales no metálicos que registra un avance de 15,7%”, midió.
Por su parte, la refinación de petróleo creció 12,5% en los primeros cinco meses, mientras que la producción de las industrias metálicas básicas lo hizo 11,2% sobre la misma base de comparación. “Más atrás se colocan los despachos de cigarrillos (6,4%), la producción de insumos textiles (0,5%) y la de papel y celulosa (0,4 por ciento). En el caso de la producción de alimentos y bebidas, el nivel de actividad resulta ligeramente inferior al alcanzado en el periodo enero‐mayo del año pasado”, aseguró FIEL.
Fuente: Cámara Argentina de Comercio
El consumo, por su parte, aún se sostiene a pesar de la alta inflación, con un ritmo que empieza a ceder. La Cámara Argentina de Comercio (CAC) elabora un Indicador de Consumo (IC) que mostró mostró un estancamiento desestacionalizado frente al mes de abril y un avance de 1,2% en la comparación interanual.
“De esta forma, el IC acumula en los primeros cinco meses del año un crecimiento de 3,8% anual, aunque todo indica que el consumo seguirá perdiendo dinamismo en los próximos meses. De hecho, a partir de enero se observa una tendencia bajista en las tasas de crecimiento interanual exhibidas por el IC, pasando de un avance de 6,1% anual en el primer mes de 2023 al 1,2% actual (con estancamiento desestacionalizado)”, consideró esa entidad.
“Este fenómeno se da en un contexto de severas restricciones y debilidades macroeconómicas que condicionan y restringen fuertemente el desempeño de la economía argentina, y que, además, continúan la tendencia a acentuarse en el último tiempo. Como resultado, el ingreso disponible de los hogares pasó a terreno negativo interanual el último trimestre de 2022 y desde ese entonces no solo se ha mantenido en rojo, sino que además ha profundizado su caída”, aseguró la CAC.
“Paralelamente, la compleja situación de las cuentas públicas, combinada con los lineamientos y metas acordados con el FMI, restringe las posibilidades de paquetes asistenciales que busquen sostener y apuntalar el bolsillo de los hogares argentinos, incluso en un año electoral como el 2023. A esto se suma la dificultad de un entorno altamente inflacionario que limita las herramientas de incentivo al consumo si se quiere mantener acotada la aceleración de precios”, mencionó la entidad.
Analizado por rubros: indumentaria y calzado mostró en mayo una caída estimada de 17,8% interanual; transporte y vehículos mostró un crecimiento estimado del 3,2%; patentamientos de autos y motos avanzando 4,5% y 1,1%, respectivamente; recreación y cultura mostró una expansión de 6,9% anual; vivienda, alquileres y servicios públicos mostró una caída de 9,1 por ciento.
Fuente: Infobae
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