El país inviable… una frase que de tanto pronunciarla hacemos que se convierta en realidad. El verdadero problema de este país reside en sus habitantes, mejor dicho, un minúsculo grupo de sus habitantes que comenzó, vaya a saber Dios cuándo, esta enfermedad que nos corroe a todos y destruye cualquier esperanza superadora en menos de lo que canta un gallo.
Intentar poner en orden este país es casi más dificultoso que conseguir la paz en Medio Oriente. La puja de sectores, el individualismo, la soberbia y la cada vez más extendida ignorancia colectiva, nos llevan inexorablemente al borde del abismo nuevamente y lo que propician algunos pocos con desesperada ansiedad, va camino a hacerse realidad ante la indiferencia colectiva que por supuesto no es ninguna novedad en este país.
La arrogancia de quienes se sienten con derechos diferenciales respecto del resto, (los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su conurbano), presiona sobre un grupo de gobernantes que se han propuesto “acomodar” la locura desaforada de sostener con subsidios el consumo de servicios para que la protesta no se vea reflejada sobre la “Ciudad Estado” y sus ciudadanos privilegiados.
No es necesario aclarar que un departamento ubicado en la mejor zona de la Capital Federal, valuado quizá en millones de dólares, pagaba hasta hace poco cifras que no superaban los 300 pesos de electricidad bimensual… cuando en el interior pagamos habitualmente y desde hace muchos años, el triple de esa cifra y mensualmente.
Este estado de cosas demuestra una vez más que este país no tiene soluciones a la vista y el estado de degradación de nuestra convivencia colectiva es cada día más grande y desastroso. Nadie busca coincidencias, nadie piensa en el bien común, a nadie le interesa el país soñado…
Hemos ingresado nuevamente en la carrera del “sálvese quien pueda” y azuzados por los intereses de unos y otros, nos encaminamos a un nuevo desastre para dejarle bien en claro al mundo que, reacomodando la frase de Borges, se podría decir… ” Los Argentinos no somos malos… lo que no tenemos es remedio….”
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