Además de pedirles a los supermercados que implementen una política de precios transparente para reflejar la desaceleración en lo que el consumidor paga por los alimentos, una de las peleas claves del Gobierno para bajar la inflación se centra en frenar las demandas de los sindicatos.
La “madre de todas las batallas” es la paritaria de Camioneros, ya que Luis Caputo dio la orden de no homologar el aumento de 45% entre marzo y abril que negociaron los Moyano. El ministro de Economía procura que los convenios colectivos se firmen teniendo en cuenta la inflación futura y no la pasada.
La semana pasada las principales compañías de bebidas ya le habían adelantado al ministro que semejante ajuste salarial tendría un impacto muy significativo en los precios. “Hay recesión y vendemos menos, es imposible no trasladar ese incremento”, le explicaron.
El objetivo de Economía es que los acuerdos salariales sigan la pauta inflacionaria que espera el mercado, es decir que se cierren con una disminución gradual. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) estima un índice apenas superior al 14% en marzo, llegando a un dígito mensual en junio.
Claro que tanto el gremio que manejan desde hace décadas los Moyano como otros pretenden recuperar el terreno perdido tras el fuerte fogonazo inflacionario a partir de diciembre. El Gobierno también busca la recuperación de poder adquisitivo, pero a partir de una fuerte desaceleración de la inflación, la mejora del consumo y la reactivación de la economía.
El ministro de Economía, Luis Caputo, dio la orden de no homologar el aumento de 45% entre marzo y abril que negociaron los Moyano
La decisión de Javier Milei de echar al secretario de Trabajo, Omar Yasin, aumenta la incertidumbre sobre cómo va a ser el tratamiento oficial de las paritarias que aún no han sido homologadas. La búsqueda de su reemplazante seguramente demorará varios días o semanas, por lo que no hay que descartar nuevas medidas de fuerza por parte de los sindicatos para no quedarse en la pelea contra la inflación.
Otros acuerdos salariales no homologados son el de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación, otro sector clave vinculado con el aumento de la canasta básica.
Lo propio sucedió con el gremio textil y hasta con el poderoso Suterh, que ante la demora del Gobierno consideró que la paritaria fue aprobada de hecho y aplicó los aumentos para los encargados de edificios. El impacto sobre las expensas que se esperan para las próximas semanas será significativo, en lo que representa otro fuerte golpe para la clase media.
Javier Milei consideró que la baja del dólar de las últimas semanas muestra lo que sucederá con los precios, confiando que en los próximos meses “se caerán como un piano”.
De acuerdo al Presidente, el superávit fiscal alcanzado en los primeros meses del año y el control de la cantidad de dinero están impactando positivamente en los niveles de inflación. Hoy se conocerá el dato de febrero, que se ubicaría en torno al 15%, es decir 5 puntos por debajo del mes pasado.
Este mes la baja de la inflación viene algo más complicada. El dato positivo es que la suba en el rubro “alimentos y bebidas” podría acercarse a un dígito. Sin embargo, casi todos los precios regulados tendrán subas importantes, incluyendo tarifas, cuotas de colegios y expensas.
Esto impedirá que la fuerte reducción de los dos primeros meses del año continúe al mismo ritmo. Todavía los economistas no se ponen de acuerdo si en marzo el índice de marzo será parecido al del mes anterior o podría ubicarse por debajo.
Tanto Milei como Caputo confían en que “para mediados de año” la inflación debería bajar a un dígito, pero otros creen que podría ocurrir en abril. La caída del dólar del último mes y la reducción de la brecha cambiaria ayudaría para alcanzar ese objetivo. Sin embargo, aún está por verse si la cotización de los dólares financieros se pueda mantener en estos niveles, en consonancia con un dólar oficial que sigue aumentando a apenas un ritmo de 2% mensual.
Fuente: Infobae
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