
Hace dos semanas que Alberto Fernández decidió empezar a contar su verdad. Tarde pero seguro, podría decirse. Apuntó contra Cristina Kirchner, defendió su gobierno y afirmó que el peronismo debe darse un debate interno después de la dura derrota que sufrió en manos de Javier Milei, el presidente que asumirá mañana en el Congreso de la Nación.
El jefe de Estado se despidió el miércoles de los trabajadores de la Casa Rosada y dijo que deja “un gobierno funcionando”. “Me voy con la conciencia tranquila por la misma puerta por la que entré, con el mismo auto con el que entré y me voy a la misma casa de la que salí”, sostuvo. Firmó el fin de su ciclo al mando del gobierno. Fue raro. Estaba solo. Se va de Balcarce 50 con un grupo de leales mínimo.
Fernández empezó a hablar una vez que terminó la elección. Había acordado con Sergio Massa que se iba a correr de la campaña para que él tome centralidad plena. El ministro de Economía está agradecido por esa decisión y por su comportamiento durante el proceso electoral. Una vez que ese período concluyó, el Presidente decidió dar su versión de los hechos.
Un dirigente que lo conoce cree que está “obsesionado con Cristina Kirchner”, debido a la referencias permanentes que hizo sobre su rol en el pasado. “El problema de Alberto es que sigue pensando en Cristina. Todo lo centra en ella y tiene que centrarse en un futuro del país”, sintetizó. Otro, también cercano, sostiene que las críticas consecutivas “no contribuyen al momento del peronismo”, que está inmerso en una etapa de reacomodamiento y que hubiese sido mejor el silencio. El Jefe de Estado optó por hablar y ser crítico. Su verdad después de un gobierno sufrido.
Alberto Fernández tiene pensado seguir al frente de la presidencia del PJ
Fernández se despojará del traje de presidente de la Nación pero no del de presidente del Partido Justicialista (PJ), donde tiene mandato hasta abril del 2025. Su intención es seguir en los próximos meses y luego convocar a la elecciones, que en el peronismo suelen convertirse en una mesa de acción política para definir cuál es el presidente de la unidad.
En el peronismo creen que debe irse cuanto antes de la presidencia del PJ porque no tiene legitimidad y respaldo político de la dirigencia para seguir en el vértice del partido. Quienes lo conocen aseguran que no se va a bajar con rapidez de su lugar. No va a ceder ante las presiones. Es difícil pensar en un mandato partidario que se extienda durante un año y medio más. Pero por ahora su voluntad es seguir. La de la mayoría del peronismo, en cambio, es que renuncie.
En los próximos meses, Fernández se trasladará a España para dar clases en dos universidades que lo contactaron. Una es de la Salamanca y la otra la de Camilo José Cela. Tuvo otros ofrecimientos pero trabajará en esas dos. En principio, se radicaría en España y regresaría a la Argentina con cierta frecuencia, motivo por el que el seguirá ligado a la política doméstica. Su mujer y su hijo ya lo esperan en Europa. Se terminó la estadía en la Quinta de Olivos.
Además, el 17 y 18 de diciembre, en sus primeros días como ex presidente, tiene programado dar un seminario en Turín con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el de Italia, Sergio Matarella. Protagonizará ese rol de ex mandatario con la tranquilidad de haber llevado adelante un gobierno que, como suele decir, tuvo cuatro años muy particulares por la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía.
El Presidente tiene decidido seguir ligado a la política nacional y al peronismo (REUTERS/Tomas Cuesta NO RESALES. NO ARCHIVES)
El presidente saliente entiende, desde hace tiempo, que el peronismo debe ingresar en un proceso de renovación que corra a un costado al kirchnerismo. ¿Eso implica armar un frente sin ellos? No. Pero si que ellos no sean quienes conduzcan la nueva etapa del peronismo en la oposición. O, en el mejor de los casos, que no lleguen al 2027 instalados en el escenario como la principal opción de conducción
“El kirchnerismo lleva 20 años. Ya cumplió un ciclo”, ha dicho en reiteradas oportunidades en sus charlas privadas con dirigentes peronistas. Esa es la idea que seguirá cultivando y empujando. Quiere estar metido en la discusión sobre la renovación partidaria aunque es difícil divisar desde que lugar lo haría, ya que su legitimidad política fue carcomida en el tiempo.
En el peronismo entienden que es momento de ordenarse frente a las medidas de Milei y patear hacia adelante la discusión sobre el reacomodamiento partidario. Fernández está en esa sintonía. Primero hay que dejar que el gobierno libertario de sus primeros pasos, que la fuerza política se asiente como oposición y luego empezar, lentamente, a discutir los nuevos liderazgos. Paso a paso.
“Siempre que hay una derrota, hay una renovación“, aseguran en el entorno del mandatario, donde entendieron con claridad el mensaje de la sociedad en las últimas elecciones. “Hay que reconquistar a la gente que rechaza la política porque hay un agotamiento muy grande“, explicaron.
Alberto Fernández termina su mandato sin hablarse con Cristina Kirchner, su compañera de fórmula ( EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)
Es probable que Fernández baje su perfil durante un tiempo, pero va a seguir expresando, quizás con menos frecuencia, su parecer sobre lo que fueron sus años de gobierno y las dificultades que generaron en la gestión sus socios políticos. También va a mostrar su idea sobre cómo se debe reconfigurar el peronismo y la discusión de la agenda temática que debería tener el espacio político a partir del 2024.
Pese a la resistencia que genera en gran parte del mundo peronista, Alberto Fernández sigue adelante con su vocación de ser parte del debate renovador. Siente que su nuevo lugar de ex presidente le da margen de acción para dar su postura y colaborar en el replanteo que debe hacerse la coalición para volver a cautivar a las mayorías. Es uno de sus nuevos desafíos.
Fuente: infobae
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