Que se firma. Que no se firma. El acuerdo final del tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur volvió a quedar en pausa luego de algunas semanas en las que se había reflotado la posibilidad de que la rúbrica llegue antes de fin de año.
El próximo jueves en Río de Janeiro se realizará la cumbre de líderes del Mercosur en donde Brasil le cederá la presidencia pro tempore a Paraguay. En privado y en público, Javier Milei empujó fuertemente para que los presidentes del bloque llegaran a un acuerdo y aceptaran las condiciones de Bruselas.
El apuro de la Argentina reside en que Santiago Peña, el presidente paraguayo, ya había avisado meses atrás que, si los miembros del Mercosur no se ponían de acuerdo antes de fin de año, Paraguay se retiraría de la negociación mientras ejerciera la presidencia del bloque. En otros términos, se caería la posibilidad de llegar a una firma.
El “deadline” impuesto por Paraguay no era algo tan sencillo de cumplir, tal como reconocieron a TN desde las distintas cancillerías latinoamericanas. Sucede que, entre tantos idas y vueltas, algunos países europeos todavía mantienen reparos en firmar el acuerdo bajo las condiciones actuales, sobre todo en términos medioambientales y de protección a la explotación de insumos primarios.
Tal es el caso de Francia. Días atrás su presidente, Emmanuel Macron, lo criticó y dijo que, tal como está ahora, “no es bueno para nadie”. Otros países europeos como Bélgica, Países Bajos y Austria se pliegan al reclamo francés. Piden mantener las restricciones medioambientales, que parecieran ser inaceptables para el Mercosur.
La estrategia de Javier Milei y Diana Mondino
Primero, desde La Libertad Avanza (LLA) intentaron presionar puertas adentro y a través del uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Santiago Peña para que la firma llegue el próximo jueves en Río de Janeiro.
Ahora, a sabiendas de que eso no sucederá, la futura canciller Diana Mondino empezó a desplegar una nueva estrategia que consiste en convencer al presidente de Paraguay que no cumpla con su promesa de retirarse de las negociaciones y le dé al bloque un semestre más, que serán los primeros seis meses del gobierno de Milei.
Desde el entorno del libertario confían en que ya sin la alianza cercana que existió entre Lula y Alberto Fernández, se pueda pensar en la tan pospuesta firma final del acuerdo. Desde Bruselas no verían con malos ojos avanzar en la primera parte de 2024 antes de que se produzca el cambio de autoridades en el seno de la UE.
Según pudo saber TN, desde el equipo de internacionales de LLA vienen trabajando intensamente con la delegación de la UE en la Argentina sobre los detalles de una posible aplicación del acuerdo.
Ante la consulta de este medio, Eric Mamer, vocero en jefe de la Comisión Europea, reconoció que ambos bloques están “enfrascados en intensos y constructivos debates con miras a finalizar un acuerdo político, de cooperación y comercial”, aunque evitó precisar el momento en qué eso puede suceder.
Además, explicó que “en los últimos meses se han logrado avances sustanciales sobre un acuerdo que aborde las preocupaciones climáticas y promueva una transición verde”, para luego finalizar: “las negociaciones continuarán con un espíritu constructivo y con la ambición de concluir lo más rápido posible”.
La posición actual de la Argentina y Brasil frente a la negociación
Para desterrar cualquier duda sobre la posible firma del acuerdo en la cumbre de esta semana en Río de Janeiro, el canciller argentino Santiago Cafiero confirmó horas atrás que la Argentina no apoyará la rúbrica: “Así como está, el acuerdo es negativo y nos obligaría a restringir exportaciones”.
Esta declaración responde también a una carta publicada por la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), donde le piden al actual presidente Alberto Fernández que no firme el tratado porque “a corto y mediano plazo” resultaría en un grave perjuicio para la agroindustria e industria nacional.
Desde Dubai, donde participó de la cumbre mundial del clima COP28, Lula da Silva también dejó en claro que la firma no llegará en la próxima reunión del Mercosur. “Si no hay acuerdo, paciencia. No fue por falta de voluntad. Lo único que tiene que quedar claro es que no digan más que es por culpa de Brasil y por culpa de Sudamérica”, lanzó.
Desde principio de año, cuando la Unión Europea envió un protocolo adicional con estándares medioambientales vinculados a los compromisos asumidos en el Acuerdo de París, fue Lula quien llevó el ritmo de las negociaciones en el bloque. Inclusive, según pudo saber TN, desde Bruselas apuntaban contra él por pisar el avance del acuerdo. Lula siempre lo rechazó.
Fuente: tn
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