Nuestra Argentina de los fenómenos nos sorprende casi a diario. Los años pasan y vivimos en un crisis única e interminable. Producimos la bendición de los alimentos, tenemos reservas de todo tipo y naturaleza, habita aquí un pueblo casi único. Le aportamos al mundo mentes brillantes y somos protagonistas de eventos internacionales deportivos, políticos y culturales.
Sin embargo nuestra vida cotidiana está cargada de sinsabores, desencuentros y una violencia inexplicable.
Quizá el resultado de la segunda vuelta presidencial despertó una brisa de esperanza. Con sólo mirar los resultados nos damos cuenta que hubo una decisión del conjunto de nuestra sociedad. Ya no se discute que la mayoría de los habitantes de este país exigimos un cambio.
Ahora es tiempo de reflexión y paciencia. Un hombre de fuera del sistema nos convenció que tiene la forma de salir adelante y cambiar el paradigma de una sociedad harta, confundida y con una gran incertidumbre. Es de esperar que tras los esfuerzos y duros momentos que vendrán podamos encontrar la luz.
Esta Argentina de los fenómenos se merece una oportunidad. Ojalá dios así lo quiera.
DOMINGO SAN ROMAN
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