Hoy el Tesoro debería pagar USD 840 millones al Fondo Monetario Internacional, más allá del feriado bancario que semi-paraliza al mercado financiero. Es el plazo límite para cancelar los intereses, salvo que haya habido alguna conversación que se desconoce para conseguir una prórroga.
El feriado bancario posterga 24 horas preguntas de los inversores: ¿comenzará a endurecerse el precio de los distintos dólares a dos semanas de las elecciones?, ¿se acerca la hora señalada para cubrirse en divisas con un balotaje de ganador incierto?
Lo cierto es que la semana pasada hubo algunos datos positivos. Por caso, los plazos fijos volvieron a aumentar, se detuvo la caída de depósitos en dólares y los mercados financieros se acoplaron al mundo al subir bonos y acciones.
La consultora 1816 apunta a la falta de operaciones con yuanes y se aferra a dos hipótesis. La primera es que no autorizaron la convertibilidad a dólares o su uso para comercio exterior y la segunda es que Sergio Massa se los reserva para tener resto si llega a ganar las elecciones
Según la consultora Anker Latinoamérica, “la menor volatilidad post-elecciones se tradujo también en una recuperación parcial en los depósitos a plazo fijo en pesos, que habían caído fuertemente en las semanas previas a los comicios. En términos nominales, los depósitos a plazo crecieron casi $700.000 millones entre el 23 y el 31 de octubre (+5,7%), luego de haber caído $1,2 billones entre el 29 de septiembre y el 23 de octubre”.
Futuro volátil
El mercado de futuros exhibió su volatilidad. Las subas y bajas se alternan en cada rueda. Según el informe de la consultora F2, de Andrés Reschini, la semana pasada “el Banco Central siguió con compras en todas las ruedas, pero la caída en el volumen de liquidaciones, que estuvo en USD182 millones, el menor desde el 18 de abril, forzó prácticamente a frenar las compras en las últimas ruedas para no cortar por completo las importaciones”.
Reschini destaca que si bien se recuperó el volumen de plazos fijos, “lo más notable es la recuperación de los depósitos a la vista que, con datos al 31 de octubre, suman $1.400 millones. Si bien es un signo de mejora en la demanda de pesos, a la vez constituye una señal de desconfianza ya que indicaría que el mercado prefiere resignar tasa y mantener los pesos a mano por si hay que salir rápidamente de la moneda local ante cualquier señal que cause temor durante lo que resta de la campaña. Así que la misma demanda de pesos que ha traído “tranquilidad” es la que a la vez constituye un riesgo para la incipiente “estabilidad” y es una señal de que aún la desconfianza es muy alta”
El BCRA siguió comprando, pero la caída en el volumen de liquidaciones forzó a frenar las compras en las últimas ruedas REUTERS/Matias Baglietto
Sobre el mercado de futuros advierte que se recuperó algo del volumen y las cotizaciones subieron por segunda rueda consecutiva. “Se operaron 469.000 contratos y es el mayor volumen en las 3 ruedas que lleva noviembre. La curva de tasas deja una silueta que muestra acentuadas las preocupaciones del mercado hacia diciembre, sobre todo, y para el primer trimestre de 2024. La curva pasó de pricear $965 de devaluación hasta la última posición al cierre de octubre a $1.020 al cierre de hoy”.
Mientras el día a día, se modera, se acumulan problemas graves que preanuncian una crisis de magnitud
“El volumen operado en noviembre refuerza la hipótesis de que el Central puede estar interviniendo con más fuerza en este mes. Circulan propuestas y versiones de desdoblamiento y devaluación para diciembre, así como también distintos resultados del balotaje según la encuesta que se mire. Lo cierto es que el resultado está abierto y deja las puertas abiertas a nuevas tensiones, algo para lo cual el mercado se preparó”.
Calma chicha
Pero mientras el día a día, se modera, se acumulan problemas graves que preanuncian una crisis de magnitud. Por caso, las importaciones que están absolutamente suspendidas. A los importadores se les debe USD 55 mil millones y más que duplica la deuda normal en este sector. Muchos no han cancelado sus deudas con los proveedores del exterior y tienen suspendidas las nuevas compras. Hay un default de hecho porque cuando el importador, vencido todos los plazos, va a reclamar al Gobierno los dólares al precio oficial, se los niegan. La situación está causando desabastecimiento e inflación. Nadie imagina una salida ordenada para los que importaron con sus dólares.
A todo esto, las proyecciones del Bank of America proyectan un valor del dólar de $681 para fin de año y al contado con liquidación lo calculan en $1.294. El banco apuesta a una firme devaluación tras las elecciones porque la brecha cambiaria sobrepasa 150%.
Pero todo lo que exceda el 19 de noviembre sigue siendo el largo plazo y el mercado que hoy operará solo en la parte cambiaria porque la Bolsa y bonos no cotizarán, están pensando en mañana.
Fuente: Infobae
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