Los alimentos sufrieron un primer impacto relevante por efecto de la devaluación que tuvo lugar hace diez días, y el Gobierno afina el alcance final de los acuerdos de precios que empezaron a tomar forma sobre el cierre de la semana pasada. Para eso, la Secretaría de Comercio inició otra ronda de negociaciones con empresas para determinar, con los últimos detalles, cuáles serán los productos que quedarán bajo el paraguas de Precios Justos y las medidas fiscales que pondrá sobre la mesa el Ministerio de Economía a cambio.
El ida y vuelta con las empresas fue en esta ocasión bastante más áspero que en otras renovaciones de Precios Justos. Las empresas llevaron sus números por los cuales creen que el sendero con techo de aumentos mensuales era insostenible para sus finanzas y líneas de producción que trabajan a pérdida y el Gobierno blandió planillas con márgenes de ganancia de cada sector, que muestran en muchos casos una mejora en esa tajada en los últimos meses, de la mano de la aceleración inflacionaria.
El equipo económico salió a la discusión con capitán nuevo que fue el director de la Aduana Guillermo Michel. Tras un primer apretón de manos, inicial, sobre las condiciones generales de la nueva etapa -es decir, que tendrá un camino de 90 días con incrementos “topeados” y que habrá medidas fiscales para quienes permanezcan en el marco de los acuerdos- la Secretaría de Comercio intentará avanzar en las puntadas finales, que requieren firmas de los convenios y un decreto que oficialice esos beneficios impositivos para las compañías.
La consultora LCG hizo una primera medición sobre cuál fue el impacto de la devaluación en los alimentos durante la semana pasada y estimó que en la tercera semana de agosto la suba de precios de los alimentos promedió 4,1%, acelerando 1,9 puntos respecto la semana anterior
La dinámica, según precisaron fuentes de empresas privadas que se involucraron en negociaciones en las últimas horas, es la de mantener ahora encuentros de uno contra uno, para que las particularidades de cada empresas aparezcan en la mesa. Algunas de ellas, por ejemplo, dejaron de pulsear ya desde fines de la semana pasada por un rango de aumentos mensuales más alto y buscan poder eliminar algunos productos de la canasta de Precios Justos. Hay firmas que tienen productos de primera línea y que, por los incrementos acotados de los últimos meses, ya son más baratos que segundas marcas, aseguran. “Se está conversando a ver si podemos hacer rotar algunos productos”, dijeron desde una de las principales empresas de consumo masivo.
Aumento semanales de alimentos (Fuente: LCG)
El equipo de Sergio Massa que permaneció en Buenos Aires para continuar esta negociación está integrada por el secretario de Comercio Matías Tombolini, el director de AFIP Carlos Castagneto y el viceministro de Economía Gabriel Rubinstein. Fue su área la que midió cuál es el margen bruto de las empresas de consumo masivo y otros rubros en medio de la escalada inflacionaria.
Según estimó la Secretaría de Política Económica, las empresas aumentaron su tasa bruta de margen por encima del 45 por ciento. En un zoom más amplio se ve, de acuerdo al mismo estudio, que a principios del gobierno de Alberto Fernández ese margen estaba por debajo del 30 por ciento.
Hay, aún, algunos aspectos que restan ser definidos en las negociaciones en marcha. Algunos sectores ya tienen su sendero de precios estipulado (consumo masivo, combustibles y medicamentos) pero otros todavía deben determinar cuál será su ritmo de subas permitido por el Gobierno: calzado, celulares, indumentaria, insumos difundidos, línea blanca y motos. También queda pendiente, en el decreto en el que trabaja el equipo económico, el alcance de las medidas fiscales para las empresas, que incluirían una exención de impuesto PAIS para las importaciones.
La consultora LCG hizo una primera medición sobre cuál fue el impacto de la devaluación en los alimentos durante la semana pasada. “En la tercera semana de agosto la suba de precios de los alimentos promedió 4,1%, acelerando 1,9 puntos porcentuales respecto la semana anterior. El índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual del 8,8% promedio en las últimas 4 semanas y 10,7% punta a punta en el mismo período. En lo que va del mes acumula un 7,5% de inflación”, mencionaron.
Se trata, ese 4,1%, del aumento semanal más pronunciado de los últimos dos años, de acuerdo a la misma medición. En mayo, tras la crisis cambiaria de la segunda quincena de abril, había tenido lugar un aumento de 3,6% en la segunda semana de ese mes. La última de mayo, también, tuvo una aceleración en las góndolas de 3,5% en los alimentos.
Por encima del promedio estuvieron Bebidas e infusiones para consumir en el hogar (8,6%), Azúcar, miel, dulces y cacao (8,1%), Aceites (6,1%) y Frutas (5 por ciento). Por debajo quedaron las Verduras (4%), Carnes (3,2%), con ese mismo porcentaje Productos de panificación, cereales y pastas y condimentos; seguido de productos lácteos y huevos (2,9%) y comidas listas para llevar (1,6 por ciento).
Los productos de consumo masivo tendrán incrementos permitidos mensuales de 5 por ciento
En un panorama un poco más amplio, las últimas cuatro semanas reflejaron una remarcación de precios para los alimentos y bebidas de 10,7%, el guarismo más alto en lo que va del año. A fines de abril había tenido lugar el pico anterior de suba mensual de precios de los comestibles, con 9,5 por ciento. La devaluación quebró ese techo y puso a ese número en las dos cifras. Los alimentos, de acuerdo a estudios privados, son algunos de los bienes que responden de manera directa al tipo de cambio oficial.
La consultora Equilibra intentó hacer algún vistazo hacia atrás, con la devaluación después de las PASO de 2019, para obtener un patrón que permita visualizar qué puede pasar con los precios en este caso. “Las devaluaciones en Argentina muestran un alto traslado a precios: en lo que va del siglo XXI, existieron 10 episodios con alzas del tipo de cambio oficial y/o paralelo superiores al 15% mensual, las cuáles arrojan, tras un trimestre, un promedio de pass through a precios de casi 50% (si el tipo de cambio trepa 20%, el IPC 10 por ciento). Por esto, una posible medida de éxito de una devaluación es el pass through que tuvo”.
La dinámica, según precisaron fuentes de empresas privadas que se involucraron en negociaciones en las últimas horas, es la de mantener ahora encuentros de uno contra uno, para que las particularidades de cada empresas aparezcan en la mesa
“Con magnitudes y fechas similares, la experiencia de 2019 es útil para estimar el impacto en precios del presente. Primero, esta fue liderada por el incremento de los precios de los bienes transables que crecieron 16,3% trimestral (agosto-octubre). Como contracara, los servicios públicos fueron el ancla trimestral (5,8%), traccionando hacia abajo del nivel general los Regulados”, mencionaron. Un apunte sobre los servicios públicos: por lo que dejó saber la Secretaría de Energía, el Gobierno ya evalúa el impacto del salto devaluatorio en el costo de la energía, lo que daría paso o bien a un aumento de tarifas o a un incremento en la cuenta de subsidios.
“Detallando por capítulo del IPC, los bienes transables (autos y autopartes, equipamiento del hogar, equipos telefónicos y audiovisuales, medicamentos y productos de cuidado) lideraron la tabla, con subas de hasta el doble que la inflación general. Exceptuando los estacionales, aparece un segundo pelotón aparecen alimentos (aceites, azúcar, panificados, bebidas no alcohólicas y carnes) cercanos a el Nivel General, mientras que algunos regulados y servicios no transables fueron las anclas (nafta, educación, tarifas energéticas, transporte público, entre otras)”, concluyó Equilibra.
Fuente: Infobae
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