El posible desembarco de Sergio Massa en Córdoba agita las aguas del peronismo de Juan Schiaretti

Foto de archivo: el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, habla durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada en Buenos Aires, Argentina. 23 ene, 2023. REUTERS/Agustin Marcarian

El desembarco de Sergio Massa en Córdoba, previsto para mañana o el jueves, agita las aguas en el segundo distrito más poblado del país, donde el peronismo, encabezado por el gobernador y precandidato presidencial Juan Schiaretti se encamina a las PASO dividido entre el ala mayoritaria, que responde a una cúpula férreamente opositora al gobierno nacional, y algunos dirigentes locales que dieron señales de alineamiento con el principal aspirante a la Casa Rosada de Unión por la Patria.

Massa prepara una visita a la provincia del centro geográfico para mañana, cuando faltarán diez días antes de las elecciones primarias. Decidido a pescar adhesiones en el deseado y esquivo territorio cordobés, desde hace semanas aceleró el operativo de seducción en el territorio, a través de sus operadores, pero sobre todo desde sus propias relaciones personales con dirigentes de la fuerza provincial Hacemos por Córdoba. El grueso de la estrategia massita gira en torno a tender una mano a los peronistas “duros” que resisten la alianza que perfila Schiaretti con Horacio Rodríguez Larreta y la UCR, en el mentado “frente de frentes”, de cara a un eventual balotaje.

Durante los últimos días, en sus giras por el Norte y el centro del país, el ministro retomó en público la frase que usó Martín Llaryora en su arenga triunfal, luego de ganar la gobernación, contra los “pituquitos de Recoleta”. Un guiño claro al delfín de Schiaretti, que se escuchó y fue muy mal recibido en la gobernación. “Si hay un pituco por excelencia, ese es Massa. No nos vamos a comer el chupetín de los kirchneristas buenos y malos. Nuestro antikirchnerismo no un es flechazo de verano”, dicen, intransigentes, en la cúpula de HxC.

Sergio Massa en La RiojaSergio Massa en La Rioja

Massa todavía no terminó de confirmar su visita. Pero el plan, a priori, es aterrizar el jueves en la ciudad de Córdoba, recorrer una fábrica para darle un tinte de “desarrollo productivo” a la recorrida, y participar de una reunión con dirigentes gremiales afines. Está por verse si logrará que lo reciba, en esta instancia, alguno de los intendentes de Schiaretti con los que tiene busca profundizar su afinidad. En el mundillo cordobés se menciona como posible anfitrión a Martín Gill, de Villa María, que fue funcionario nacional durante el primer tramo del mandato de Alberto Fernández y tiene vínculo con el kirchnerismo, pero en esa ciudad no lo confirmaron.

La agenda del desembarco no está definida y en el campamento del Frente Renovador no descartan postergarla hasta la semana que viene, en pleno sprint final de la campaña hacia el domingo, donde Massa intentará validar la hipótesis de que tiene posibilidades de ser el candidato más votado por encima de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, que juegan en la interna de Juntos por el Cambio y en los próximos días también visitarán Córdoba; y Javier Milei, de La Libertad Avanza, aspirante de ultraderecha con imagen cada vez más fuerte entre los cordobeses.

Cauto, el precandidato del oficialismo evita hacer llamamientos en público y mover el avispero local. Pero sus operadores tejen acuerdos subterráneos con los intendentes de Hacemos por Córdoba, especialmente los más cercanos a Llaryora, con quien, por otro lado, dice tener especial afinidad. En el entorno del ministro resaltaron las declaraciones de hace algunos días de Daniel Passerini, que ganó la intendencia de la capital de la mano del gobernador electo, a favor de “retomar el diálogo” con el PJ nacional. Y recordaron que ya tuvieron el aval de varios jefes municipales que se reunieron la semana pasada en Cavanagh y acordaron respaldarlo en las Primarias, como Sandra Dal Bo, de Cavanagh; su sucesor, Gustavo Dal Bo; Fabián Francioni (Leones); Agustín González (Cruz Alta); Marcelo Agustín (Alejo Ledesma); Roberto Pacheco (Corral de Bustos); Gerardo Mancini (General Baldissera) y Marcelo Luque (General Roca).

Llaryora y Schiaretti vienen de revalidar al peronismo de Hacemos por CórdobaLlaryora y Schiaretti vienen de revalidar al peronismo de Hacemos por Córdoba

En tanto, la diputada nacional Natalia de la Sota, figura de relevancia en el bastión disidente, por ahora se mantiene en el molde. Su padre, el fallecido gobernador José Manuel de la Sota, rival devenido en aliado de Schiaretti, tenía una relación personal y política con Massa, que el tigrense se ocupa de recordar cuando se le pregunta por su llegada a la provincia. Y ella misma cultivó su propio vínculo con el actual precandidato nacional cuando coincidieron en la Cámara de Diputados, ella como legisladora, él como presidente del cuerpo. Durante el armado de las listas, De la Sota fue mencionada como posible precandidata a vice de Massa e inclusive, del ministro del Interior kirchnerista, Eduardo “Wado” de Pedro. Y aunque en su entorno siempre negaron que hubiera tenido una propuesta formal en ese sentido, admiten que hubo diálogos con esos sectores en el proceso de selección de postulantes.

Quienes la conocen están convencidos de que no armará por fuera del espacio de Schiaretti, al menos en la etapa previa a las PASO. “Siempre dijo que no iba a trabajar en contra de esa aspiracion, por la responsabilida que le cabe siendo hija del fundador del espacio de Unión por Córdoba”, dijeron. Pero deslizaron que ante un eventual balotaje no estaría dispuesta a apoyar una alianza con el PRO. “El límite es la derecha”, aseguraron.

Schiaretti, junto a su mano derecha, el diputado Carlos Gutiérrez, y su compañero de fórmula, Florencio Randazzo, esperan a Massa con el cuchillo entre los dientes. Durante los últimos días, los tres se encargaron de marcarle la cancha al ministro, pero sobre todo, al grupo de dirigentes locales que se dejó seducir de cara a las propias PASO a pesar de que el cacique cordobés se presenta como candidato presidencial.

Mientras aumentan el tono de sus declaraciones para diferenciarse del massismo, son conscientes de la división que atraviesa a su espacio, entre aquellos que vislumbran un respaldo a Massa en una eventual segunda vuelta, y los que se inclinan por un acuerdo con el radicalismo y el ala del PRO que encabeza Rodríguez Larreta. Este último esquema genera fuertes resistencias en los peronistas cordobeses “duros”, que encuentran un límite aún en la figura de los representantes moderados del partido que fundó Mauricio Macri.

En el mundo Schiaretti le restan importancia a los coqueteos entre Massa y los propios. Advierten que “el cordobés”, en general, no perdonará un acercamiento al oficialismo nacional, al que identifican, globalmente, como kirchnerismo. Y denuncian una “constante operación” de Massa para dividir a la coalición de HxC, al tiempo que avisan que Schiaretti no tiene planeado bajarse, ni de la PASO, ni de los comicios generales, si es que alcanza el piso de 1,5 por ciento de los votos.

Sin embargo, las discusiones actuales se adelantan a un escenario cantado, donde la fórmula de Schiaretti probablemente quede muy atrás en las Generales. La gran pregunta gira en torno a las preferencias en Córdoba cuando la oferta se haya acotado a dos opciones: el peronismo de Massa o el PRO de Larreta. Un escenario que se complejizaría si fueran Patricia Bullrich o Milei los que lograran llegar a la segunda vuelta contra el peronismo.

Fuente: Infobae

Deja el primer comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.


*