La victoria política que obtuvo la oposición durante la última sesión en la Cámara de Diputados podría terminar en una nueva frustración para inquilinos y propietarios. El miércoles pasado Juntos por Cambio logró tejer un precario consenso para ponerle fecha al debate de la reforma de la Ley de Alquileres. Sin embargo, reconocen que “hoy el número no está” para avanzar en ningún sentido.
La problemática de los alquileres se fue agravando al ritmo de la inflación. Por un lado, falta de oferta y contratos en negro y en dólares para los inquilinos. Como contracara, alquileres desactualizados y contratos demasiado extensos para los propietarios.
La necesidad de reformar de alguna manera la Ley de Alquileres, que había sido aprobada durante el gobierno de Mauricio Macri con apoyo tanto de JxC como del Frente de Todos, ya había sido reconocida por gran parte del oficialismo. Sergio Massa anunció en noviembre de 2021 que impulsaría una reforma cuando todavía era presidente de la Cámara de Diputados. Lo mismo hizo el presidente Alberto Fernández en la apertura de sesiones de 2022.
No obstante, la postura de la bancada del Frente de Todos fue cambiando a medida que avanzó el trabajo en las comisiones, por los planteos de las asociaciones de inquilinos. Finalmente, a mediados del año pasado, el oficialismo logró dictaminar con mayoría un proyecto que no tocaba el corazón de la ley (la actualización anual y los contratos de tres años) y se concentraba en aumentar los incentivos para que los propietarios aumenten la oferta.
Por su parte, la oposición consensuó un dictamen de minoría que proponía volver a los contratos de dos años, con actualizaciones trimestrales y de acuerdo a un índice consensuado entre las partes. La negociación no fue fácil dado que los sectores más duros del PRO, en sintonía con los libertarios, directamente apuntaban a derogar la ley para volver a la regulación del Código Civil.
Ley de Alquileres
Sin posibilidades de reunir los 129 votos necesarios para el quórum, la oposición nunca convocó a una sesión especial. El Frente de Todos tampoco mostró interés en abordar el tema sin tener garantizados los votos.
Durante la sesión de este miércoles, el diputado del PRO, Hernán Lombardi, buscó forzar al kirchnerismo a asumir una posición pública sobre la Ley de Alquileres y propuso tratar “sobre tablas” un proyecto para derogar completamente la ley. Dado que no había posibilidades de reunir las tres cuartas partes de los votos que se necesitan para debatir los proyectos sin dictamen, la jugada solo buscaba un golpe de efecto.
Pero la oposición fue más allá y giró una nota para que firmen los presidentes de bloque en la que ponía fecha al debate: convocaba a una sesión especial para el 23 de agosto, diez días después de las PASO.
Además de Juntos por el Cambio, acompañaron el pedido los libertarios de Javier Milei, el Interbloque Federal y Provincias Unidas. Suficientes para alcanzar el quórum de 129 presentes. Pero solo para eso.
Ante la consulta de Infobae, la diputada liberal Carolina Píparo, que se sumó al bloque de Milei, aclaró que solo apoyaría la derogación de la norma y no acompañaría si la oposición busca “solo toquetear la ley para que parezca que se hizo algo”.
En la misma línea, los sectores “halcones” del PRO cada vez se muestran más firmes en favor de la derogación. Aunque es improbable que algún proyecto en ese sentido obtenga dictamen de comisión (la de Legislación General tiene mayoría peronista) en plena campaña, por lo que se necesitaría una mayoría agravada aún más difícil de reunir.
Por otro lado, los diputados rionegrinos del interbloque Provincias Unidas explicaron que se inclinan por el proyecto que tuvo dictamen de minoría pero se mantendrán firmes en que la actualización debe ser cada seis meses (un cambio de último momento lo bajó a tres meses).
El interbloque Federal representa una incógnita. Los tres diputados de Córdoba Federal apoyaron el proyecto opositor y tampoco descartan optar por la derogación total. Ante la consulta de Infobae, señalaron que “seguirán estudiando el tema”. Con más dudas aún se muestran los dos representantes del socialismo, que reconocen que “los dos proyectos son malos” y buscarán una posición “intermedia”.
En definitiva, la discusión no está saldada dentro del arco opositor y la posición de los monobloques, que suelen negociar hasta último momento sus votos, podría ayudar a llegar al umbral mínimo. “Si nos dieran los votos ya lo hubiéramos aprobado hace rato”, se sinceró con humor un diputado radical ante la consulta de Infobae.
Dado que la sesión especial está convocada para después de las PASO, el resultado electoral podría contribuir a destrabar este empate de fuerzas que impide romper el status quo. Un buen resultado para los libertarios o los sectores identificados con Patricia Bullrich podría ser el impulso que necesitan quienes buscan la derogación. O tal vez las dificultades que enfrentan los inquilinos terminen por hacer cambiar de opinión a sectores del oficialismo.
Fuente: Infobae
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