De ser la contratación más cara de la historia del Real Madrid cuando se anunció su pase en junio de 2019, en 115 millones de euros, a los apenas 5 que vale hoy, tras haber jugado poco menos de 400 minutos en el equipo blanco en cuatro temporadas por una suma interminable de lesiones, el belga Eden Hazard se plantea si irse con su mujer y sus cinco hijos a terminar su carrera en la MLS, o regresar al fútbol de su país para compartir equipo con uno de sus hermanos, Kylian, o directamente, colgar los botines.
El Real Madrid apenas sacó un escueto comunicado despidiéndolo cuando anunció el acuerdo con el jugador para terminar el contrato un año antes. “El Real Madrid quiere expresar su cariño a Eden Hazard y le desea mucha suerte a él y a su familia en esta nueva etapa”. La extensión de este texto oficial del club blanco fue menor que el destinado a otro atacante que deja el club, Mariano Díaz, que llegó con mucha menos expectativa que el belga.
Hazard había sido presentado en el Real Madrid el 13 de junio de 2019 ante cincuenta mil personas en el Santiago Bernabeu con una gran expectativa tras el brillante rendimiento del delantero en el Chelsea, su anterior club, en el que el entrenador portugués José Mourinho llegó a afirmar, en sus inicios, que se trataba del “mejor jugador juvenil del mundo”. “Es el crack del futuro. Es muy fuerte técnicamente y muy rápido, muy bueno y va a serlo aún más. Yo lo llevaría al Real Madrid con los ojos cerrados”, afirmaba entonces Zinedine Zidane, director técnico de los blancos, cuando el delantero brindaba exhibiciones por la banda izquierda con la camiseta “blue” y hacía delirar a Stamford Bridge.
Las continuas lesiones hicieron que nunca pudiera agarrar ritmo en Real Madrid (REUTERS/Isabel Infantes)
Nacido en La Louviere, Bélgica, el 7 de enero de 1991, Hazard proviene de una familia de clase media que siempre le suministró todo lo necesario para triunfar en el fútbol desde que a sus cuatro años comenzó a probarse en distintos clubes de la zona con la ventaja de que sus padres Thierry y Carine, fueron futbolistas también, y lo son sus tres hermanos, Thorgan (también integrante de la selección nacional), Kylian y Ethan. Thierry, su padre, fue volante de contención, mientras que Carine, su madre, fue delantera.
Desde muy pequeño era considerado un superdotado y entonces no extrañó que ojeadores del Lille francés se acercaran a su casa para dialogar con sus padres para llevárselo a la academia del club en 2005 y ya dos años después, en 2007 y con 16 años, ya debutaba profesionalmente en la Ligue 1 bajo la dirección técnica de Rudi García. y en la primera temporada ya fue elegido “Mejor Jugador Joven” del torneo.
En 2010/11 ganó el doblete con su equipo (Copa de Francia y Liga francesa) y al finalizar la 2011/12 (en la que Chelsea se consagró campeón de la Champions League) pasó a los ·Blues en 32 millones de libras, en una carrera en franco ascenso. El ritmo de su juego junto con la habilidad para llevar la pelota y la definición hicieron que su ex entrenador Claude Puel lo llamara “pequeño Messi”, algo que el director técnico del Olympique de Marsella, Roland Courbis, reafirmó: “A veces, lo veo muy parecido a Messi”.
Sin embargo, Hazard tuvo un primer alerta en su carrera, como una premonición de lo que ocurriría años más tarde en el Real Madrid, cuando en la temporada 2010/11, en la selección belga, fue relegado al banco de suplentes por su entrenador George Leekens. El DT llegó a ser duramente cuestionado por quitarle la titularidad a un jugador que iba convirtiéndose en estrella, pero sostuvo que el joven delantero debía “trabajar más duro, tanto física como mentalmente”, mientras que el ayudante de campo Marc Wilmots, argumentó que a veces, en los entrenamientos, mostraba “una mentalidad perezosa”.
Hazard fue defendido por su primer entrenador en el Lille, Rudi García, quien consideró “excesivas” estas palabras y defendió que Hazard “sólo tenía 19 años” y que podía “progresar en todas las áreas”, pero Leekens dejó a Hazard sin jugar ante Kazajistán. Con el paso de los días, el delantero dijo haber “aprendido” de todo eso, “especialmente en lo mental”, llegando a jugar cien partidos consecutivos en la liga francesa, todo un récord.
Eden Hazard pasó de ser el jugador más caro en la historia del Real Madrid a ser parte del banco de suplentes en casi todos los partidos REUTERS/Isabel Infantes
Cuando llegó al Real Madrid en 2019 ya era un jugador consagrado que había ganado dos Premier Leagues y dos Europa Leagues con el Chelsea y había conseguido llegar al tercer puesto con la selección belga en el reciente Mundial de Rusia 2018, junto con Kevin De Bruyne, Romelu Lukaku y Thibaut Courtois.
Por eso, la expectativa al llegar al Real Madrid era enorme y no fue casualidad que los blancos pagaran 115 millones de euros al Chelsea por un jugador que venía a reemplazar nada menos que a Cristiano Ronaldo,que se había marchado luego de ganar la tercera Champions consecutiva, en Kiev, ante el Liverpool.
Pero los indicios fueron malos de entrada. Se lesionó por primera vez en la pretemporada y aunque no se le dio demasiada importancia, tuvo que esperar a recuperarse y cuando lo hizo, y parecía que llegaba a su pico de rendimiento en la fase de grupos de la Champions en noviembre ante el PSG en el Bernabeu, un golpe de su compatriota Thomas Meunier le generó una fractura en el tobillo derecho y otros dos meses sin jugar. Al poco tiempo de regresar, otra fisura en el peroné provocó la necesidad de operarlo y cuando por fin parecía estar en perfecto estado para encarar la segunda parte de la temporada, en el primer semestre de 2020, llegó la pandemia, la imposibilidad de jugar, y ya con eso, una absoluta pérdida de continuidad y de motivación.
Fue quedando detrás de muchos de los suplentes, incluso, en las prioridades del entrenador Carlo Ancelotti, quien no lo veía muy metido en la pelea por la titularidad y más de una vez quedó excluido, incluso, del banco de suplentes, perdiendo la confianza de los hinchas, especialmente cuando para la temporada 2020/21 llegó con varios kilos de más y no sintió la menor culpa de ello.
Ni siquiera pudo acercarse en la consideración de otros de los relegados del plantel del Real Madrid, Gareth Bale, quien llegó a escribir en las redes sociales “Gales, Golf, Real Madrid, en ese orden”, pero que, al menos, fue decisivo en partidos fundamentales del equipo en ese período.
“Hazard tiene el problema de que el entrenador, ahora, prefiere a otros”, llegó a sostener Ancelotti cuando fue consultado por el escaso lugar del belga en el equipo durante esa temporada. “Si trabaja en los entrenamientos, puede llegar su momento, porque él puede jugar como extremo izquierdo en un 4-3-3 o como segunda punta en un 4-4-2″.
La relación entre el entrenador y el jugador se fue desdibujando, entre los rumores de que se alejaría del equipo y de que el belga pretendía quedarse aún sin jugar, eligiendo la zona de confort en la que su salario era uno de los más altos del plantel aunque no fuera tenido en cuenta y estuviera último en la cola para ingresar, al punto de que en cuatro años sólo disputara 76 partidos con 7 goles y 12 asistencias y se estima que perdió 82 partidos por razones físicas o lesiones.
Eden Hazard despidiéndose de la gente luego del partido entre Bélgica y Austria REUTERS/Yves Herman
“Hay respeto entre nosotros, pero no voy a decir que nos hablamos porque no nos hablamos”, dijo en marzo Hazard en una entrevista con RTBF, la televisión belga, mientras lamentó la falta de minutos. Llevaba dos meses sin jugar y su última aparición había sido ante el modesto Cacereño por la Copa del Rey.
Le consultaron a Ancelotti por estas declaraciones de Hazard y el italiano prefirió no esconderse y responder con naturalidad: “Hazard ha sido muy honesto. No hablamos mucho, no hablo mucho con él. Es la verdad. Porque hablar también es una cuestión de carácter. Te encuentras mejor con una persona que con otra, incluidos los hijos. Pero esto no es lo importante para mí. Aunque no hablemos mucho, aunque no juegue mucho, me respeta. Esto lo valoro. Como yo lo respeto a él”.
“Tuvimos a alguien que vino por mucho dinero y más o menos dejó morir su carrera. Se movió mucho dinero y creo que todo el mundo diría en retrospectiva que no fue un buen fichaje”, sostuvo con inusual franqueza el volante alemán Toni Kroos, en declaraciones en su propio podcast, “Einfach mal Luppen” (“Echa un vistazo”), que hace con su hermano.
Hazard llegó a ganar con el Real Madrid una Champions, un Mundial de Clubes, dos Ligas, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y dos Supercopas de España, aunque no se pueda decir que en ninguno de estos títulos haya tenido una participación importante. Sin embargo, al conocer sus compañeros que no jugaría más en el club, fue levantado en andas en el estadio, ante la atónita mirada de los hinchas. Se dice que pese a no jugar, dejó una importante marca en el vestuario y cayó bien que le sugiriera al club no cobrar el dinero adeudado por salarios. Los Blancos prefirieron pagarle un tercio de la suma total. Tampoco hizo ni el mínimo movimiento de resistencia cuando le propusieron rescindir el contrato un año antes de que finalizara.
Tampoco había tenido un buen Mundial en Qatar con una selección belga eliminada en la fase de grupos, en la que terminó en el banco de suplentes, ante la desilusión de su técnico Roberto Martínez, que lo había convocado pensando en que con el equipo nacional sería distinta situación que con el Real Madrid.
“Los hinchas me hicieron muy feliz -dijo al micrófono días pasados ante los hinchas belgas, en el retiro de su selección-. Este homenaje prueba que hice muchas cosas buenas. Ver partidos desde afuera no es algo que me guste. Como jugador, siempre quieres ayudar así que es muy frustrante quedarse al margen”, sostuvo.
Ahora se habla de un futuro en los Vancouver White Caps en una franquicia tranquila en la MLS, o, quién sabe, compartiendo equipo con su hermano Kylian en el Racing White Darin Molenbeck. O hasta un regreso al Lille, el club francés que lo encumbró a la élite, pero él sostiene que se dicen “estupideces”.
Insiste, en cambio, que debe decidirlo con sus cinco hijos y con su esposa, Natacha Van Honacker, a la que conoció en la escuela cuando ambos eran adolescentes (tenían catorce años) y con la que se casó el 26 de abril de 2012 en el pueblo de ella (Ecaussines) cuando su primer hijo, Yannis, tenía dos años.
Pero Hazard ya no tiene apuro. Sabe que el mejor momento de su carrera ya pasó y que los tiempos de estrellato ya quedarán para el recuerdo.
FUENTE: INFOBAE
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