En mayo la inflación general desaceleró por primera vez en lo que va del año y, según un informe de la consultora LCG, seguiría la misma tendencia en lo que resta de junio. La medición privada sustenta su análisis en el comportamiento del precio de los alimentos en las primeras dos semanas del mes, aunque hay otros trabajos privados que advierten condiciones más difíciles para reducir la inflación.
En detalle, LCG asegura que en la segunda semana de junio la suba de precios de los alimentos promedió 0,74%, acelerando 0,2 puntos porcentuales respecto a la semana anterior, pero confirmando una tendencia de decrecimiento en relación a mayo. Es que, de acuerdo al seguimiento de los economistas de esa consultora, los insumos alimenticios se habían encarecido hasta 3,6% en algunas semanas del mes pasado.
En las dos primeras semanas de junio los precios de alimentos y bebidas se desaceleraron claramente respecto del ritmo de mayo
De esta manera, el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual de 6,5% promedio en las últimas cuatro semanas, pero en lo que va del mes acumula un 1,3% de inflación.
En lo que respecta puntualmente a la segunda semana del mes, se pueden reconocer fácilmente los rubros con mayores incrementos. Según la medición, lo que más subió en ese período fue el ítem de “Bebidas e infusiones para consumir en el hogar”, con una suba promedio del 3,1%. Le siguieron de cerca los Productos lácteos y huevos (2,2%) y el rubro de “Azúcar, miel, dulces y cacao” (2%).
Además, bajaron 1% las carnes, los condimentos y las frutas. Cabe aclarar, que en el balance general (0,74% en la segunda semana de junio), el estudio toma en cuenta la incidencia de cada categoría en el bolsillo de los consumidores. La baja del precio de la carne, por ejemplo, incide más que el aumento del rubro de “Azúcar, miel, dulces y cacao”.
Más productos estables
Uno de los factores que incidió en la desaceleración medida por LCG, es el hecho de que hubo una mayor cantidad de productos que se mantuvieron estables. De la canasta considerada por los especialistas, en las primeras dos semana de junio sufrieron incrementos de precios menos del 20% de los productos. En semanas previas, la proporción había sido mucho más alta. Si se tiene en cuenta la evolución histórica del índice inflacionario relevado por la consultora, se observa un pico de más de 56,4% en la segunda semana de mayo. Esto es, más de la mitad de los artículos observados tuvieron subas en esos días.
El “índice de difusión”, que mide qué proporción de los bienes tuvieron aumentos en cada semana, muestra un claro retroceso
Todos los meses, vale aclarar, LCG releva los precios de 8.000 alimentos y bebidas de cinco supermercados. Por tanto, los números indican que fueron 1.600 los productos alimenticios que tuvieron un ajuste de precios en la última semana, mientras que unos 6.400 artículos permanecieron sin modificaciones.
La relativa mayor estabilidad que se produjo luego del pico de mayo, condujo también a una desaceleración de la inflación promedio mensual. Según el informe, la media móvil de las últimas cuatro semanas muestra una inflación del mes en alimentos y bebidas del 6,5%, lo que implica un retroceso de 0,8 puntos porcentuales en relación a la semana anterior.
Desacelerando
De esta forma se confirma una tendencia de desaceleración, tras el máximo de 8,9% registrado a mediados del mes pasado.
De todas maneras, los valores aún se encuentran por arriba del “piso” alcanzado en noviembre, cuando el índice de alimentos desaceleró al 3,2% mensual en la media móvil, y por encima del retroceso de marzo, cuando llegó a ubicarse en 4,7 por ciento.
Claro está, que los números podrían variar en diferentes puntos del país. Los cortes semanales de la medición se producen los días miércoles y los ponderadores corresponden a la estructura del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires.
El índice móvil semanal muestra también la desaceleración del ritmo de aumento de los precios de Alimentos y bebidas
También desde Ecolatina coincidieron en que durante la primera quincena de junio hubo desaceleración de precios. “El IPC GBA registró un crecimiento del 7,4% respecto a la primera quincena de mayo. La moderación responde principalmente a una menor dinámica en los precios de los alimentos”, aseguraron.
Puntualmente desde la consultora sostuvieron que el rubro “Alimentos y bebidas” avanzó 6,9% en la primera quincena del mes, marcando una desaceleración de 1,2 p.p. respecto al mismo período del mes anterior.
“El menor incremento del capítulo responde a una menor evolución de los productos de consumo masivo, que crecieron 6,9% luego del elevado registro de la primera quincena de mayo (+8,4%), en conjunto con una moderación en el crecimiento de frutas (+2,8%) y de carnes (+1,6%). Los mayores aumentos se vieron en verduras (+16,4%), condimentos (+9,1%), comidas para llevar (+9,3%), infusiones (+9,0%) y azúcar, miel y dulces (+8,1%)”, detalló Santiago Manuokian, director de Ecolatina.
“Por su parte, los precios regulados treparon 7,7%, mostrando una desaceleración respecto a la primera quincena de mayo (+12,7%)”, agregó.
Escenario que preocupa
Si bien los economistas coinciden en que la primera quincena de junio tuvo indicios de desaceleración de precios, el panorama inflacionario está lejos de ser el ideal. Según de los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, del Ieral, la inflación de mayo que publicó el miércoles pasado el Indec confirma que la inflación viaja a velocidad crucero de entre 7% y 8% mensual.
“La variación del IPC de mayo fue de 7,8%, por debajo de las expectativas del REM (9,0%) publicado por el BCRA, una divergencia en la que tuvo mucho que ver la desaceleración del ítem de Alimentos y bebidas, que subió 5,8 % el mes pasado, significativamente por debajo de meses previos”, indicaron los autores. Pero esto se produjo, agregan, por una mezcla de estacionalidad, del ciclo ganadero y de un enfriamiento de la economía.
Además, advirtieron que la denominada “inflación núcleo” alcanza al 150 %, anualizando el promedio móvil de tres meses. “Esta medición excluye bienes y servicios que presentan un comportamiento estacional o cuyos precios están sujetos a regulación o tienen alto componente impositivo”, aclararon.
“La trayectoria de la inflación núcleo es menos volátil que el IPC, y no muestra señales de desaceleración. En todo caso, poner el foco en este indicador puede servir para determinar si existen fuerzas que impidan que la escalada inflacionaria llegue a los dos dígitos mensuales en el período que llega hasta las primarias (agosto)”, sostuvieron Vasconcelos y Gutiérrez.
El problema, adviertieron los expertos, es que la economía ingresó en un proceso de indexación generalizada, con ajustes cada vez más frecuentes y sincronizados de salarios, tarifas y tipo de cambio oficial, sin que la política fiscal y monetaria genere anclas suficientes, en un contexto en el que la falta de reservas del Banco Central impide el clásico juego de apreciar el peso durante la transición electoral.
Los especialistas aseguran que la baja del consumo podría ponerle un freno a las subas de precios. Bloomberg
“Sin embargo, en el cortísimo plazo la recesión podría jugar un rol de ancla ‘por las malas’, y algo de esto está sucediendo, de forma incipiente en mayo y más rotundo en junio”, indicaron. Además, prosigue, “el stock de crédito en pesos al sector privado se achicó un 16,2% en términos reales en los últimos 12 meses, una trayectoria descendente que incluye una contracción de 8,5 % en lo que va de 2023″.
Los especialistas del Ieral remarcaron que esta conjunción de factores ya comienza a reflejarse en algunos indicadores, como la medición del PIB que lleva el estudio de Orlando Ferreres, que detectó una caída interanual del nivel de actividad de 3,8 % para abril, fenómeno que apunta a profundizarse en los datos que completen el segundo trimestre.
En otro punto, explicaron que, aunque la falta de demanda pueda ponerle un límite a la escalada de los precios, por debajo de la superficie siguen operando factores fuertemente expansivos del lado monetario. “La Base Monetaria se mantiene bajo relativo control, evolucionando a un ritmo del 45,4% interanual, pero el M3 (comprende circulante de dinero en poder del público más total de depósitos en pesos del sector público y privado no financiero)se expande a un ritmo de casi 105% interanual, reflejando también el aumento del llamado ‘multiplicador bancario’, derivado de los incentivos incorporados por el Banco Central para que las entidades financieras utilicen bonos del Tesoro como parte de sus encajes”, cerraron los expertos.
Fuente: Infobae
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