En este 2023, las certezas políticas son aún más fugaces que las certidumbres económicas, y a una semana del plazo que el Frente de Todos se autoimpuso para cerrar las listas de cara a las elecciones, nada es claro en el oficialismo que se debate en realizar o no unas PASO.
Luego de la avanzada de la Corte Suprema de Justicia sobre las elecciones en dos provincias, dirigentes del kirchnerismo interpretaron los fallos como “un mensaje mafioso” hacia la vicepresidenta Cristina Kirchner, en tanto que estarían dispuestos a acelerar la confirmación de su condena en caso de que se postulase a un tercer mandato.
Desde entonces, el espacio referenciado con Cristina Kirchner reforzó un nuevo operativo clamor para llevar a cabo una movilización el próximo 25 de mayo en la Avenida 9 de Julio; mientras que el gobernador Axel Kicillof puso de manifiesto la posibilidad de desdoblar las elecciones generales en la provincia, y el ministro de Economía Sergio Massa llamó a presentar a un candidato de consenso porque no hay espacio para “más quilombos”.
El gesto de Kicillof de avanzar en desdoblar las elecciones, implicaría que Cristina Kirchner no volvería a intentar una tercera presidencia, algo que deslizó en reiteradas oportunidades durante sus intervenciones públicas aunque siempre de forma críptica. ¿Mejor morir con la camiseta propia a volver a impulsar a otro candidato moderado?, es la pregunta que pulula en las altas esferas del kirchnerismo.
En ese marco, Sergio Massa dejó de creer en la incompatibilidad de ser el titular del Palacio de Hacienda y a la vez candidato del oficialismo, y aceleró su presión para erigirse como el único postulante de la coalición; para lo cual, busca seducir al kirchnerismo con guiños a Axel Kicillof, al mismo tiempo que se muestra como el garante de gobernabilidad ante poderosos empresarios nacionales.
“La única que sale naturalmente es Cristina, el resto de los candidatos no sintetizan, hay que hacer un ejercicio de forcet“, manifestó al respecto el jefe de Gabinete Agustín Rossi, uno de los dos candidatos del presidente Alberto Fernández que junto a Daniel Scioli buscan desarrollar unas PASO.
“Yo no sé si podrá hacer algún tipo de acuerdo con la dirigencia, pero ni en la militancia, ni en el pueblo, ni en el peronismo, ni en el campo nacional popular latinoamericanista, Massa sintetiza nada. Entonces no hay forma de que sea candidato único”, añadió por su parte Juan Grabois, otro de los anotados, que si bien lidera una fuerza minoritaria en el Frente de Todos, es una que expresa el sentir de buena parte del núcleo duro del kirchnerismo.
De este modo, a priori lo único cierto es que la definición de listas no se concretará el 16 de mayo, como anunciaron en la última y breve reunión del PJ nacional, y los tiempos se estirarían hasta el límite legal del 24 de junio. Mientras, las incógnitas en el plano nacional se derraman en los territorios, donde cada vez más inquietos por definir una estrategia electoral, ven escabullirse la posibilidad de encarar una campaña programática frente al desorden virulento que muestra Juntos por el Cambio.
En la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof logró la unicidad necesaria para ir por su reelección, con el respaldo de intendentes del Conurbano y del interior, el apoyo de los sindicatos y, últimamente, con la demostración de los movimientos sociales oficialistas. Una base de sustentación construida también con su buena performance en las encuestas de opinión.
Sin embargo, en los municipios bonaerenses la historia es otra, ya sea en distritos donde el Frente de Todos es oficialismo como en aquellos que es oposición. En el primer grupo, el caso más resonante es La Matanza, donde la interna entre el intendente Fernando Espinoza y la diputada provincial Patricia Cubría (Movimiento Evita) se lleva a cabo incluso con denuncias de hechos violentos.
Tras el lanzamiento de su herramienta electoral, y con la renuncia a postularse de Alberto Fernández, el Movimiento Evita redobló esfuerzos para pelear por candidaturas propias o lugares en las listas en caso de que haya consenso. Sin orden arriba, no hay definición abajo, reiteran sus voceros a la vez que destacan la herramienta La Patria de los Comunes en municipios como La Matanza, San Martín (Leonardo Grosso), Lobos (Milagros Moya), Lanús (Agustín Balladares), Marco Paz (Naco Medina).
En otros distritos bonaerenses de gran volumen de electores donde gobiernan oficialismos, como Avellaneda, Quilmes, Lomas de Zamora o Berazategui, el peso específico de los intendentes inclinaría la balanza para cerrar filas de cara a las elecciones, así como ocurrió en las legislativas de 2021 cuando no se permitió jugar a otras fuerzas minoritarias de la coalición de gobierno.
En tanto, hay dos municipios en los que el Frente de Todos es oposición que marcan el pulso frenético de la actualidad política: La Plata y Lanús. Además de presentar múltiples contendientes a las intendencias, se trata de dos grandes ciudades gobernadas por el PRO y en las cuales la búsqueda por ordenar la estrategia electoral -por ahora de manera infructuosa-, fue precedida por un reordenamiento de los PJ locales.
En la ciudad capital, como ya contó este medio, Kicillof impulsa a su ministro de Justicia para recuperar la ciudad luego de no pocas elecciones para el olvido; sin embargo, a pesar de la reunificación histórica de la CGT platense que dio un atisbo de consenso, Julio Alak camina por veredas separadas al resto de los candidatos, que al igual que en Lanús existen expresiones políticas para todos los paladares.
Por su parte, Lanús resulta otra paradoja ya que el Frente de Todos perdió por apenas 2 mil votos en 2021 ante el oficialismo del intendente Néstor Grindetti, actual candidato a gobernador por el espacio de Patricia Bullrich. A diferencia de La Plata, en Lanús las encuestas dan como ganador al peronismo, claro, cuando se suma la intención de votos de cada uno de sus cuatro postulantes: Julián Álvarez (La Cámpora), Agustín Balladares (Mov. Evita), Nicolás Russo (Frente Renovador) y Omar Galdurralde (alineado a Martín Insaurralde).
Allí, las PASO de 2021 dieron como ganador al camporista, con una pequeña diferencia sobre Balladares y una bastante más amplia respecto de Galdurralde. Ello se reflejó luego en los cargos repartidos en el PJ local una vez que salió del letargo, donde Álvarez asumió como presidente y Balladares como vice. En principio, todos los espacios aseguran buscar la unidad pero, una vez más, todo dependerá de las resoluciones en la pirámide del Frente de Todos.
En ese sentido, no son pocos los que especulan que con Massa como único postulante a la Presidencia, éste daría una mejor chance para disputar igual condiciones a sus referentes en los municipios. Y como todavía todo está por verse, se precipita entonces la búsqueda de alianzas y traiciones que horadan el objetivo de la unidad. Así como la versión que circuló días atrás en la que Russo le ofrecería a Balladares un primer lugar en la lista de senadores provinciales por la Tercera a cambio de su apoyo para la intendencia, a sabida cuenta de que el evitero representa con su armado Lanús para Lanús no solo a la militancia social sino a buena parte de la dirigencia peronista.
Por esto es que en los territorios claman con premura una definición en las altas esferas del Frente de Todos, a fin de que la incertidumbre y el desorden no terminen por carcomer su quizá principal activo: la unidad del peronismo.
Fuente: Infocielo
Deja el primer comentario