Un público fiel… y la caprichosa naturaleza

La ciudadanía carhuense acompaña paciente los caprichos de nuestro Lago Epecuén…

Debe ser un caso único en el mundo de público tan fiel como ambulatorio. En los últimos 30 años el paisaje en derredor del Lago ha sido tan cambiante que se podría decir que hemos tenido al menos cuatro o cinco balnearios diferentes desde la primera Isla que luego fue sepultada en 4 o 5 metros más, pasando por el balneario El Cristo, el gigantesco piletón diseñado por el intendente Bonjour, la Isla con agua alrededor, sin agua alrededor, la playa eco sustentable que finalmente no se pudo sustentar y ahora el nuevo balneario El Cristo.

Si hay una comunidad solidaria con esta ¿industria? que hace 30 años promete llenarnos de progreso, es la de nuestra ciudad. Allí van los entusiastas carhuenses a ingeniárselas en una costa que nunca es amable, entre piedras, barro oloriento y servicios lejanos, a ponerle una vez más el hombro a la caprichosa e inestable laguna.

Y si es verdad que La Niña viene con sequía, entonces habrá que preparar los pertrechos pues en febrero estaremos caminando sobre las aguas, (como Jesucristo), hasta llegar a una remota playa que estará más cerca de Masallé que de nuestra sufrida Carhué.

Algun día alguien tendrá que sentarse a planificar algo… a ver si de una vez por todas logramos que Carhué tenga un balneario.

DOMINGO SAN ROMAN

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