Hernán Guercio / hguercio@lanueva.com.ar
Después de meses de vivir -literalmente- con el peligro de inundación golpeando las puertas de sus casas, el calor de las últimas semanas ha dado un respiro a los habitantes de Bonifacio al provocar la evaporación y el descenso del nivel de laguna Alsina.
Por estos días, la altura del agua bajó entre 70 y 80 centímetros y ya es posible, al menos, adentrarse en el balneario y llegar al sector de baños. Allí, aunque la inundación dejó secuelas en las construcciones del lugar, también quedaron al descubierto faltantes o roturas que tienen más que ver con la acción humana que la fuerza de la naturaleza.
Pero vecinos, funcionarios y demás saben que solo es necesario que llueva nuevamente en forma copiosa para que el panorama vuelva a ser complicado o peor. Lo positivo, destacan las autoridades, es haberse probado que con el tapón en el Partidor de Alonso en funcionamiento, el sistema no recibe agua en forma constante y la situación se puede controlar.
El problema, sin embargo, se encuentra desde esta laguna hacia el sur, hacia el resto de las Encadenadas, donde casi nada cambió y el peligro sigue latente.
Al estar fuera de funcionamiento la planta de bombeo que hay entre ella y Cochicó, esta segunda laguna –que hace buffer del sistema- no se puede desagotar. De acuerdo a mediciones hechas esta semana, desde septiembre hasta hoy solo bajó 5 centímetros, y por evaporación. La incipiente temporada de verano –lamentan- va a ser complicada: la altura del agua ya obligó a suspender actividades por precaución.
Entre las dos siguientes, Del Monte y Del Venado, la baja de nivel fue de 2 centímetros. Aquí, la única posibilidad de enviar agua a otro lado es abrir las compuertas y derivar hacia Epecuén –la última laguna del sistema-, una posibilidad por la que Guaminí hace reclamos en forma constante y a la que Adolfo Alsina y Carhué se niegan rotundamente.
A no confundirse: el descenso del nivel de las aguas termina siendo un bálsamo, pero la situación está lejos de encontrar una solución. La cosecha fina, desde hace tiempo que se sabe imposible; y la gruesa, si bien el nivel de las aguas viene bajando en algunos sectores, no será posible de llevar a cabo en gran parte de la zona.
Los caminos rurales siguen anegados, aunque ya es posible transitarlos (casi) sin inconvenientes. No brota líquido del suelo, pero las napas siguen altas y temen que la situación se repita en caso de que se confirmen los pronósticos y vuelvan las lluvias.
“Hoy lo positivo es que la cuestión está un poco más tranquila, aunque si vuelve a llover podría complicarse nuevamente –reconoció el intendente de Guaminí, Néstor Alvarez-. Pero en la zona entre Bonifacio y Garré sigue habiendo lagunas. En el sector rural, los altos están secos y los chacareros están sembrando donde pueden”.
Para el jefe comunal, una cuestión a destacar es el avance de los trabajos en el Partidor de Piñeyro y la limpieza de 8 kilómetros del arroyo Huáscar. Además, recordó que en forma inminente comenzará la puesta en valor de la planta de bombeo de la ruta 65, entre Alsina y Cochicó, que durará entre tres y cinco meses.
“Aunque estuviera en funcionamiento, hoy no podríamos utilizarla –aclaró-. Laguna Alsina está 110,8 metros de altura, y para desagotar Cochicó debería estar a menos de 109. De cualquier manera, se espera que esté lista antes de la próxima primavera”.
Alvarez confirmó que se seguirá peticionando por el trasvase de agua desde Del Venado hacia Epecuén “porque es la única manera de bajar el nivel de las lagunas”. También se planteará que el caudal del arroyo Pigüé siga desembocando en el espejo de agua carhuense, una medida consensuada en el marco del Comité de Cuencas de las Encadenadas del Oeste hace un par de meses.
“No estamos pidiendo locuras. Ahora estamos entrando en el período seco del año, pero las estimaciones demuestran que la evaporación de agua no alcanzará para bajar el nivel de las lagunas lo suficiente antes del otoño de 2018, cuando empiece otra vez la época de lluvias”, finalizó.
Un cóctel con lluvias, canales clandestinos y viejos rencores
Qué pasó. Entre agosto y septiembre, la situación en las Encadenadas del Oeste llegó a ser crítica.
Estragos. Las fuertes lluvias en la zona de las sierras de Ventania, sumado a canales clandestinos que desembocan en el río Sauce Corto y cuestiones de índole política y social -que casi desembocan en batallas campales entre las poblaciones de Carhué y Guaminí-, estaban causando estragos en Bonifacio y en la cabecera.
Los pedidos de Guaminí para los próximos meses
Canales. Néstor Alvarez señaló que la Provincia está avanzando en el relevamiento de los canales clandestinos en el distrito de Coronel Suárez, que derivan sus aguas hacia el río Sauce Corto, que a su vez es afluente de Laguna Alsina.
Defensoría. Semanas atrás, el municipio de Guaminí presentó un expediente ante la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, pidiendo que la comuna de Adolfo Alsina acepte la apertura de las compuertas de Rolito para trasvasar agua desde la laguna del Venado hacia Epecuén. “El expediente está avanzando y pronto habrá novedades”, aseguró Alvarez.
Sin playa. “El nivel de Cochicó bajó prácticamente nada, y no tendremos playa este verano. Tampoco sabemos si haremos los recitales; no hay nada confirmado ni podemos arriesgarnos a que algo ocurra”, dijo el jefe comunal.
fuente:www.lanueva.com.ar
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