Que les llegue a ellos…

El egoísmo ha sido desde tiempos inmemoriales el epicentro de todas las grandes tragedias de la humanidad. Por ello la Biblia y todos los Libros Santos de las diferentes religiones universales, hacen hincapié en la humildad y la solidaridad con el prójimo.

Es innato en el humano dejar escapar sus peores instintos y siempre inequivocamente están vinculados a un sentimiento egoísta y de supremacia. Así y sólo de esa manera se pueden explicar las guerras, las grandes tragedias que cada tanto hacen temblar las estructuras de toda la civilización y nos ponen por debajo de los animales, nuevamente.

Hoy día la Guerra asoma en una porción de la tierra que siempre ha sido cuna de esos odios inexplicables, pero si se rasca las interminables capas de pintura corroída, observaremos que el origen es siempre el mismo… el egoísmo humano.

Hoy los poderosos de turno se disputan con furia una porción de tierra ínfima en comparación con otros vastos territorios. Se disputan por puro egoísmo, lo que modernamente denominan hoy el poder del mundo de la geopolítica, pero que es claramente un acto de desprecio por toda la inteligencia que el humano ha sabido desarrollar en los últimos dos siglos.

Parecía que las dos guerras mundiales habían cerrado la etapa más horrible de todos los tiempos. Quedamos todos atónitos cuando los misiles nucleares en la década del 60 ponían otra vez sobre el tapete la barbarie. Sin embargo la modernidad que trajo la llegada del siglo 21, nos tranquilizó a todos y floreció la comunicación, la globalidad, la esperanza que ya los grandes poderosos no tendrían más argumentos…

Sin embargo lo encontraron y hoy regresaron los espantosos trenes abarrotados, las delirantes bombas sobre inocentes… el prepotente odio de los que aman la muerte por sobre todas las bellas cosas que nos da la vida.

Sin ánimo de sembrar el odio, sumándome al pedido de todos los que amamos la Paz… es momento de pedir, que a todos los miserables, que, (a caballo de montañas de cadáveres y el espantoso temor de millones de seres humanos), creyendo que van a ser triunfadores con la prepotencia de las armas… les llegue la muerte y sean ellos quienes se conviertan en una pila de malos recuerdos para esta humanidad que desea sobrevivir y evolucionar en el camino del Amor y la Paz.

DOMINGO SAN ROMAN

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