Un escándalo de características protagonizaron los concejales de nuestro distrito, en torno a la frustrada elección de autoridades de la sesión preparatoria. El papelón inicial, tuvo lugar en el primer intento de deliberar, (en el que la oposición en minoría y el concejal Facundo Montenegro), abandonaron el recinto y la sesión fracasó. Y luego se sumó un escándalo de proporciones cuando algunos concejales del oficialismo junto a la letrada del municipio y otras personas, ingresaron al recinto del Concejo por la mañana y sin el acuerdo de los demás legisladores.
Ahora circulan denuncias penales y acusaciones de todo tipo y color.
El Concejo Deliberante es una institución de la Democracia, justamente, (debería ser), la más importante, pues la integran ciudadanos que representan a la comunidad, para controlar y legislar nuestro bienestar.
Tristemente esto dista de ser así, desde hace mucho tiempo. Este órgano se ha convertido en un reducto donde se expresan las ambiciones políticas de los diferentes bandos y hacen valer sus prerrogativas de control y legislación para lograr todo aquello que les sirva a sus intereses, presionando y obstruyendo o simplemente no dando quorum. Esta decadencia la venimos observando desde hace muchísimos años y no se ha detenido, siendo una actitud que puede atribuirse a cualquiera de los bandos involucrados.
Este fin de semana no han hecho más que confirmar nuestras sospechas… ya es hora de quitar una palabra de este título. ¿Honorable?.
DOMINGO SAN ROMAN
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