Al fin de cuentas la espantosa tragedia provocada en nuestro país por la pandemia, comenzó a dejar al descubierto otras falencias y muchas miserias.
Alguien dijo que de la pandemia ibamos a salir mejores y parece que va a ser verdad, porque en definitiva es la verdad la que ha asomado en esta crísis interna de la coalición gobernante.
Es que los ciudadanos argentinos decidieron mayoritariamente hacer oír su enojo.
Varios factores empujaron a los votantes al voto castigo, (desde los más humildes a los mejor ubicados), pero hubo uno que fue sencillamente demoledor… el hartazgo por la mentira, como herramienta de poder y manejo de las instituciones y la vida de todos.
Las urnas hablaron y la mentira quedó al descubierto. Ahora es tiempo de enderezar rumbos y actuar para que se imponga el sentido común que será el único camino que nos lleve al bien común.
Dirigentes soberbios, cínicos y llenos de odios ideológicos inventados para obtener resultados marketineros, van apareciendo en medio de operaciones mediáticas cuyo único fin es lograr mayor poder para imponerse y continuar salvándose al mejor estilo de la argentinidad al palo.
Ya no se disimula nada, no se ocultan intenciones, manipulaciones ni movidas oscuras… los actores de esta tragicomedia continúan sorprendiéndonos a todos.
Es tan obscena y disparatada esta comedia que hasta ellos mismos se la han creído.
DOMINGO SAN ROMAN
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