La salud, la seguridad y los riesgos de abrir comercios frente a una oleada de turistas en verano, son las preguntas que se hace cualquier intendente.
El experimentado intendente analizó algunas de las variables tomando como ejemplo su propia comunidad, distante a 100 kilómetros de Bahía Blanca y en la que residen unos 10 mil habitantes que pueden convertirse en 120 mil durante un fin de semana de enero, en temporada alta de veraneo. Y adelantó que su gestión priorizará “la salud”.
Así, respecto de la situación de restaurantes, hoteles y paradores, señaló que, a partir de dialogar con comerciantes, surge la preocupación sobre lo que puede pasar frente a un eventual caso de COVID 19. Esos comercios, dijo, “contratan personal entre el 15 de diciembre y el 15 de marzo. Si el 10 de enero se les enferma uno tienen que aislar a todos los que tuvieron contacto estrecho y cerrar durante 14 días”, razonó.
“No es que dejan de ganar plata: directamente la pierden. Ante eso y la posibilidad de abrir al 50 por ciento con distanciamiento y cantidad de mesas habilitadas, se preguntan ¿conviene abrir este verano? En la misma lógica están la hotelería y los paradores”, subrayó.
Otra mirada que preocupa tiene que ver con las posibilidades de atención sanitaria, en dos ejes: los recursos humanos y las camas disponibles. “El 50 por ciento de los médicos y profesionales que vienen a cubrir la temporada son de Capital Federal y del Gran Buenos Aires. Ya nos avisaron que este año no contemos con ellos”, adelantó.
Sobre el segundo ítem, señaló que el distrito tiene un hospital con 16 camas comunes y apenas dos respiradores. ¿Qué pasaría frente aun brote? “No está preparada la situación sanitaria”, fue la respuesta. El problema es más complejo: Bahía Blanca, la ciudad de origen de la mayoría de los veraneantes y lugar de derivación natural, tiene sus propios problemas: hoy presenta más de 1.700 casos activos y una ocupación de camas UTI de casi 83 por ciento. “No van a tener camas para nosotros tampoco”, se anticipó el Intendente.
Por último, está la cuestión de la Inseguridad. Una ciudad que pasa de 10 mil a 120 mil pobladores necesita un refuerzo importante, que verano a verano llega de la mano del Operativo Sol. “La policía que controla junto a las guardias urbanas el distanciamiento social, uso de barbijo, alcohol en gel, que no haya fiestas en determinados lugares, que no se junte gente en las paeatonales”, explicó.
Ahora bien, frente a la compleja situación que atraviesa el Conurbano bonaerense, en Monte Hermoso se preguntan: “¿habrá despliegue de policías hacia la costa?”.
“Lo que digo es políticamente incorrecto. Podríamos decir que estamos viendo, que podemos tener una buena temporada, que es lo que la gente y los comerciantes quieren escuchar, pero después tenemos que rendir cuentas. Hoy estamos priorizando la salud”, cerró su razonamiento Dichiara.
fuente:www.infocielo.com
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