El último año cerca de 1500 peatones perdieron la vida en las calles y rutas de Argentina, el 22% de las víctimas fatales. Salieron de sus casas para nunca más regresar. En 2018, 65 peatones murieron en la ciudad de Buenos Aires, constituyendo el 44% del total de los muertos en el tránsito. En el mundo, la Organización Mundial de la Salud estima que cada año 270.000 peatones mueren atropellados. Constituyen la mayor proporción de lesionados o muertos en las carreteras.
Todos somos peatones y como tales hacemos una parte del sistema del tránsito interactuando con los demás usuarios de la vía pública de manera segura o riesgosa. Cuando tenemos la suerte que un vehículo nos dé la prioridad peatonal en las esquinas, en general lo agradecemos con un gesto o una palabra, pero otorgar la prioridad al peatón no es un favor, es una obligación. Es que, en nuestro país, es habitual que los conductores ignoren al peatón. En las esquinas o sendas peatonales -aún con semáforo a su favor-, la mayoría de las veces los peatones tienen que parar para dejar pasar a autos, colectivos, camiones, motos y bicis, ya que los conductores “olvidan” que la prioridad le pertenece al que camina. Lo curioso es que esos conductores, cuando bajan de sus vehículos, pasan a ser peatones también.
La prioridad peatonal se respeta absolutamente en los países seguros vialmente, donde controlan el cumplimiento de las prioridades y sancionan a los transgresores.
El peatón es el eslabón más vulnerable en el sistema del tránsito. En caso de atropello, sin carrocería protectora, son graves las lesiones. Por eso, la legislación de tránsito argentina, establece que los vehículos deben darle la prioridad a los peatones que cruzan correctamente la calzada por las esquinas o sendas peatonales, y con el semáforo a su favor donde lo hay.
Sin embargo, Luchemos por la Vida observó sistemáticamente que sólo el 10% de los conductores otorgan la prioridad al peatón (ver estudio Prioridad peatonal: asignatura pendiente).
Ese comportamiento incentivó a los peatones a arriesgarse cruzando por cualquier parte, a veces distraídos escuchando música, o hablando o mensajeando por celular, lo que explica los altos índices de mortalidad. Sólo un 10% de estos cruzan correctamente.
¿Qué hacer para proteger la vida de todos?
• Concientizar y educar. Desde sus inicios hace casi 30 años, una de las principales acciones de Luchemos por la Vida, es la realización de diversas campañas publicitarias de concientización, en este tema, dirigidas a conductores y a peatones, para que caminemos seguros y siempre respetemos la prioridad peatonal, en redes sociales, radio, televisión y demás medios audiovisuales de todo el país. Actualmente se está difundiendo la campaña “Dale al peatón su prioridad”, para generar conciencia en los conductores sobre la vital importancia de respetar y otorgarle al peatón su prioridad. Recientemente también se desarrolló la campaña “Peatones seguros”, para concientizar a los peatones de su vulnerabilidad aumentando su percepción del riesgo, y para recordarles conductas seguras al caminar y cruzar.
• Implementar cambios urbanísticos para favorecer que los peatones y los conductores se encuentren lo menos posible, incrementando las áreas peatones, con pasos peatonales bajo y sobre nivel, reductores de velocidad, chicanas, etc.
• Controlar y sancionar a los conductores transgresores de la prioridad peatonal (¡casi no se labran actas por esta grave infracción!) y de las velocidades máximas permitidas, para evitar que continúen estas muertes evitables.
Resulta imprescindible que todos cambiemos de mentalidad,
y que los conductores paremos y otorguemos siempre al peatón su prioridad.
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