
La muerte de un adolescente a manos de un grupo de asesinos conmociona y se ha convertido en tema principal durante casi dos semanas en los medios de comunicación centrales.
Es así que una andanada de reflexiones, opiniones y condenas atraviesa la sociedad por influencia de una conjunción mediática inaudita.
Cualquiera de nosotros puede hoy día recurrir a los archivos periodisticos que pululan en la internet y asombrosamente comprobará que se les han escapado a estos “especialistas” de nuestra realidad, muchos Fernando.
El año pasado murieron asesinados 2362 argentinos.
A no ser que yo hubiese estado en otra dimensión este año que pasó observé con horror como la violencia desmedida se llevó la vida de tantos ciudadanos/as argentinos/as, casi diariamente, absurdamente, sórdidamente, sin ninguna razón más que la violencia y la maldad por si misma.
Claro que a los “opinadores”, les pasó desapercibido porque no ocurrió en el segundo balneario más top de la Argentina, ni estuvieron involucrados jovenes rugbiers de clase media acomodada.
Seguramente esos muertos a los que me refiero no tendrían un marco tan aprovechable para la mediatización de un crímen. Escuche decir al abogado Burlando, que este crimen de Fernando ha sido horroroso y sin precedentes… pregunto ¿los otros crímenes envueltos en detalles indescriptibles son diferentes? ¿o acaso no son víctimas de las que valga la pena hablar?
Mateo Villica tenía 16 años y el 28 de diciembre iba a un baile de la Parroquia de un barrio de Loma Hermosa, cuando dos motoasesinos… le dispararon un balazo en el pecho después que les entregó su billetera.
Claro el crimen de Mateo no tuvo la trascendencia que tiene el de Fernando porque ocurrió en Loma hermosa, porque los padres de Mateo son gente humilde y porque sus asesinos seguro eran un par de vecinos que andaban con ganas de matar.
Ruego a Dios Justicia por Fernando, pero también le pido que nos ilumine para convertirnos en una sociedad más seria, justa e inteligente.
DOMINGO SAN ROMAN
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