No más dolor.

Casi a diario nos espantamos con un nuevo femicidio, el número cercano ya a las 300 mujeres de diferentes edades y condiciones que han perdido su vida en lo que va de este año, parece no incomodar demasiado a nuestra sociedad, no hay a la vista mucho esfuerzo, a excepción, lógicamente de las familias de las víctimas y las organizaciones que luchan con fervor para que esta cifra siniestra desaparezca de nuestra sociedad.

Sin embargo este no es un desastre exclusivo de nuestro país. Latinoamerica ha sido encuestada hace pocos días y se desvela un paisaje de terror que tiene un número más que espantoso… 3500 mujeres han sido asesinadas, el último año, por hombres mayormente allegados que se han tomado la vida de ellas por creer que es un derecho que les asiste.

Esta locura que parece medioeval, es producto, entre otras cosas, de la educación, mejor dicho de la falta de educación.

Y no me refiero justamente a la educación que se brinda en los colegios, sino específicamente a aquella la que se dicta, (o no), en los hogares.

En casi todos los casos de violencia femicida, hay un trasfondo familiar y social, que influyó en estas determinaciones que terminan en el máximo nivel de la violencia, la muerte.

Hace falta un compromiso desde las estructuras institucionales de la sociedad, pero por sobre todas las cosas hace falta retornar a una formación social que proteja a los niños que sufren violencia en el seno de sus hogares, hace falta inculcar valores humanitarios en adolescentes, hay que exigir la participación de profesionales que ayuden concretamente en la formación de padres y madres. Hace falta compromiso de TODOS.

La violencia no desaparecerá por sí sola, la violencia no es un simple y espontáneo arranque de ira, detrás de eso siempre hay un historial de frustraciones, una vida colmada de fracasos y tensiones que en situaciones extremas y en compañía de alcohol o estupefacientes… abre la puerta del infierno y se traga vidas valiosas.

Tenemos la obligación de detener entre todos esta epidemia, con la vacuna más efectiva, el amor, el compromiso, el diálogo, la comprensión y fundamentalmente la EDUCACION.

NO MAS VICTIMAS, NO MAS MUERTES, NO MAS DOLOR.

DOMINGO SAN ROMAN

Deja el primer comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.


*