El respeto no se impone, se transmite, se hereda, el respeto es una actitud que forma parte de los principios de cada uno.
Por estos días la sociedad busca imponer modalidades de respeto que durante décadas esta misma sociedad se encargó de diluir y desvalorizar. Fuimos testigos por décadas, por ejemplo, de la utilización infame de la figura femenina en sus aspectos más ruines. La mujer objeto, la mujer tonta, la mujer sometida o la mujer fea como protagonista del humor nacional. Y por otro lado el discurso absolutamente opuesto de la imagen materna como motivo de adoración y absoluto respeto.
Ambos mensajes calaron hondo en una sociedad que ha perdido sin darse cuenta sus verdaderos valores y ahora pretende que sea la justicia quien devuelva al colectivo femenino el respeto merecido.
Pues no es tarde, deberíamos volver a andar un camino de verdadero respeto que sólo se logrará con educación y ejemplo. Los niños deben ser los receptores de ese mensaje y es la sociedad en su conjunto la que tiene la obligación de establecer conceptos y creencias que defiendan la igualdad, el respeto y la convivencia. No creo sinceramente que las cosas cambien por la fuerza, si estoy convencido que el sentido común debe primar en todos los ámbitos de la sociedad para que podamos desterrar la violencia y el desprecio que muchos tienen hacia la mujer.
Espanta ver que casi a diario una mujer muere o es herida simplemente por esa falta de educación que algunos tienen en favor de la convivencia. Es hora de impulsar una buena formación desde los inicios de la educación de nuestros hijos… responsabilidad que sólo puede ser asumida por la familia como núcleo inicial de la convivencia.
DOMINGO SAN ROMAN
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