Cuesta entender las razones que nos movilizan, pero a veces simplemente es el Destino.
Lamentablemente en busca de ese destino se me fue la vida esperando las señales y efectos que me hubieren permitido vivir una vida de realizaciones y proyectar un retiro digno y tranquilo desde el cual pudiera observar como mis hijos desarrollan sus vidas y se realizan.
En definitiva el ciclo biológico y social natural que ocurre en cualquier sociedad civilizada y organizada del planeta.
Lamentablemente fracasé.
No me fuí a tiempo, no especulé, no robé, no me metí en ninguna rosca, siempre aposté a crear, a mi esfuerzo, a mis ilusiones y proyectos y en el marco de mis posibilidades a ser solidario y acompañar a mis vecinos en sus sueños y necesidades.
Me equivoqué, pero ya es tarde para lamentarme… no puedo echarle más las culpas a los políticos y ni a sus políticas… debí haberme dado cuenta que estaba enredado en una telaraña trágica que lleva más de un siglo destruyendo la vida de las personas, sus sueños y sus proyectos en haras de que pequeños grupos dispares pero en el fondo iguales, colecten se enriquezcan y mantengan poder y privilegios.
Ya es poco lo que me queda por soñar… sólo me preparo para una nueva vuelta en el infinito vicio de sufrir que llevamos en los genes nosotros…
los Argentinos.
DOMINGO SAN ROMAN
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