El fenómeno químico de Lago Epecuén

Nota del Lic. Gastón Partarrieu

El Lago Epecuén es una salina húmeda. Es el punto final de una cuenca de lagunas encadenadas sin salida, que recibe aportes tanto de esas lagunas aguas arriba o de pequeños arroyos. Sin embargo, el aporte más importante de minerales es el dado por los surgentes que los arrastran desde las profundidades de la tierra.
Esta condición milenaria fue almacenando en su lecho millones y millones de toneladas de minerales, en especial sales. Dependiendo de los ciclos hídricos, estos minerales o se diluían o se precipitaban conformando costras de cristales o “manto de sal” como se lo conocía popularmente.
Durante los 80s hasta los años 2000 ese proceso natural fue roto por la mano del hombre que introdujo enormes volúmenes de agua dulce.
Pese a los contantes aportes subterráneos de sales, en época estival el sulfato de sodio esta disuelto y en equilibrio en la laguna. Pero cuando llega el frío intenso y en especial las heladas pampeanas, la temperatura del agua de la costa baja rápidamente haciendo que se precipite el exceso de sal disuelta, pero en forma de cristales. El viento y el oleaje producido expulsa dichos cristales a la costa, brindando uno de los paisajes más extraños y bellos que tiene nuestra provincia.
FOTO: Martín Andragnez. 7 Julio 2019

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