
Se acerca un nuevo recambio electoral a nivel nacional y es notable el escaso interés que los ciudadanos demuestran ante la oferta electoral. En cierto sentido hay que reconocer que el Macrismo ha sabido cambiar sorpresivamente la manera de actuar en los procesos electorales argentinos.
El discurso descontracturado y la publicidad sentimentalista y sencilla han dejado descolocados a los dirigentes de la oposición política que levantan invariablemente el tono de denuncia y la actitud beligerante, un modus operandi casi habitual en las campañas políticas de nuestra dirigencia.
Mientras tanto el oficialismo muestra su cara más popular, la de María Eugenia Vidal que ha demostrado ser la gran ganadora en las encuestas y la, hasta ahora, muy eficiente gobernadora. No deja esta joven mujer, lugar a dudas respecto de su capacidad de conducir y maniobrar con una provincia a cuestas que se ha convertido invariablemente en el lastre que arrastró a muchos dirigentes que intentaron utilizarla a modo de trampolín para lograr el premio mayor.
Es así que se nota en el ambiente que el partido del gobierno puede obtener una triunfo arrasador, al menos eso dejan trascender más de veinte encuestadoras que le dan ventajas al Macrismo en la principal provincia del país. Sin embargo Cambiemos no debería dormirse en los laureles obtenidos en las PASO, algunos de sus dirigentes se mostraron publicamente preocupados al notar un exitismo que podría resultar un auto engaño. Misteriosamente algunos medios muy identificados con el kirchnerismo, fogonean esas encuestas que le dan el triunfo a Bullrich, algo que resulta extraño y a algunos les suena a “operación”.
En política todo es posible, en la Argentina mucho más. La duda entonces se verá despejada el próximo domingo 22 de octubre, faltan apenas 14 días.
DOMINGO SAN ROMAN
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