La escritora española Pilar Rahola lanzó al aire una pregunta al panel de periodistas de Intratables…. ¿no tienen a nadie más… no hay ningún otro nombre nuevo?.
Se refería al debate sobre la polarización entre Cristina y Macri. Una obsesión, que pareciera tiene la ciudadanía de este país, la de repetir errores, la de revivir a quienes se consideraba definitivamente terminados.
¿Recuerdan el “que se vayan todos”?… esa sonora expresión acompañada de las originales cacerolas, daba la impresión que el hartazgo había empoderado a un pueblo cansado de mentiras, de ineptitudes, de corrupción, etc.
Sin embargo no fue. Y no sólo no fue posible echarlos a todos, sino que a los pocos meses estaban “todos”, cual zombies que no lograban comprender la exigencia popular…
Y junto a esos “todos” de siempre, aparecieron los “todos” de la segunda fila, los ambiciosos que no se despegaron porque intuían que algunos de ellos iban a poder ser parte en el festín.
Por estos días aciagos, la eterna película argentina, nos muestra a varios “muertos vivientes”, que reaparecen al calor de las luces de un año electoral. Reaparecen sin culpas, sin recuerdos, sin responsabilidades pasadas y encima con soberbia y el dedo índice en alto, explicándonos a todos los argentinos de bien que nos equivocamos y ahora deberemos volver sobre nuestros pasos para darle nuevamente lugar a “ellos”, bueno no a todos ellos, algunos están en Ezeiza y no justamente porque tengan que viajar, sino porque se distrajeron con algunos miles de millones de dólares que eran del soberano pueblo argentino, ese que ahora en agosto y octubre los… ¿volverá a votar?.
DOMINGO SAN ROMAN
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