El Banco Central confirmó que las bandas cambiarias ajustaran a un ritmo de 1,75% mensual a partir de abril. Este nivel está por debajo del 2% establecido para el primer trimestre y del 3% de ajuste mensual que estuvo vigente entre octubre y diciembre. La decisión confirma lo que ya era un secreto a voces: el tipo de cambio se deslizará en forma cada vez más lenta como instrumento para entrar de una vez en un proceso desinflacionario.
Los resultados, en caso de ser una política exitosa, se empezarían a ver en mayo. Luego del 3,8% de febrero, la inflación de marzo arranca con un piso de 3% y algo parecido sucede en abril, por los aumentos acumulados de servicios públicos.
Pero además del ajuste más lento de las bandas cambiarias, el titular del Central, Guido Sandleris, anunció otras dos medidas que buscan consolidar la estabilidad del dólar en los próximos meses. Y son las siguientes:
– Se reafirma el sesgo muy contractivo de la política monetaria, al mantener el plan de “emisión cero” hasta fin de año. Esta medida procura reducir la cantidad de pesos del mercado y al mismo tiempo mantiene altas tasas de interés. Si bien de por sí ya debería ser una ayuda significativa para bajar la inflación en los próximos meses, sobre todo busca reducir la demanda de dólares. Con pocos pesos en el mercado y elevados rendimientos en moneda local, el objetivo es minimizar la dolarización de cartera en los meses previos a las elecciones.
– No hay peligro alguno de volver a un escenario de atraso cambiario. Ese fue otro concepto que enfatizó Sandleris en su discurso de ayer. Puesto de otro modo, el dólar tiene un margen amplio para aumentar menos que la inflación de acá para adelante. “El tipo de cambio hoy se encuentra cerca de 60% por encima del nivel que tenía antes de la salida del cepo”, señaló para graficarlo.
– El Tesoro venderá USD 60 millones diarios para asegurar la oferta de divisas del mercado cambiario. A la estrategia del Central se le suma el anunció que un par de horas antes hizo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, desde Washington. Así se busca hacer frente a la mayor demanda de dólares que inevitablemente se producirá en los meses previos a las elecciones.
Mantener el dólar pegado al piso de la zona de no intervención será clave para obtener resultados a la hora de bajar la inflación. Todas las medidas anunciadas por el Tesoro y el Banco Central apuntan en esa dirección
El equipo económico parece tener claro que para conseguir que disminuya la inflación de una manera más marcada no alcanza exclusivamente con evitar que el Central financie al Tesoro o subiendo las tasas de interés. Otra de las condiciones imprescindibles es mantener bien controlado el tipo de cambio.
Un salto fuerte del dólar a causa de la incertidumbre electoral llevaría inevitablemente a un automático traslado a precios. Y será mucho más difícil en esas condiciones mostrar datos favorables. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado arrojó que los analistas esperan que la inflación baje al 2% en julio. Y esto es posible siempre que el dólar se mueva poco, en línea con la “tablita cambiaria” que establece la evolución del piso de la banda cambiaria.
fuente: www.infobae.com
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