Para evitar choques causados por error de otro conductor o por un imprevisto en el camino o con el vehículo, se necesita tiempo para maniobrar. Mantener un espacio de seguridad adelante, atrás y a los lados del vehículo, brinda esa posibilidad. Más distancia es más tiempo para maniobrar.
La distancia de frenado, o sea, la que se necesita para frenar, es la sumatoria de dos distancias: la distancia que se recorre en el “tiempo de reacción “y “la distancia de frenado del vehículo”.
La primera involucra la distancia que el vehículo recorre desde que el conductor se da cuenta de la situación, mientras toma la decisión de frenar y ejecuta los movimientos necesarios para ello (sacar el pie del acelerador y presionar el pedal de freno). Se ha demostrado que en estas acciones se tarda ¾ de segundo, como mínimo, cuando el conductor está en perfectas condiciones físicas y mentales para conducir. Si el conductor se encuentra cansado o alcoholizado, este tiempo aumenta. También las personas mayores tardan más tiempo en reaccionar. Y los conductores inexpertos tardan más, porque dudan frente a las situaciones nuevas.
A esa distancia se le suma la que recorre el vehículo desde que se presiona el pedal de freno hasta detenerse totalmente, que se denomina distancia de frenado.
Cuando se circula a mayor velocidad se recorre más distancia hasta que se frena. Por ello es tan importante aumentar la distancia cuando se circula más rápido.
fuente; Luchemos por la Vida
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